En la zona de Palermo Chico se erige el señorial Palacio de los Gansos. Esta imponente construcción racionalista, obra de los arquitectos Luis Olezza y Ernesto Vautier, se inauguró en 1947 a pedido de Alfredo Chopitea y hoy conviven allí amplios departamentos que conjugan a la perfección el diseño clásico y el moderno. En este edificio compuesto por tres volúmenes que cuenta con un gran jardín arbolado, vive el diseñador Benito Fernández junto a su hija Marina y su fiel mascota José Antonio.
"Me mudé a este departamento hace tres años, pero hace seis lo refaccioné completamente. Lo hice más a mi medida. Quería ponerlo un poco más alegre y por eso pinté el piso de blanco. Necesitaba que fuera un poco más luminoso y moderno. Tengo una colección bastante grande de cuadros y no quería sentirme agobiado por ellos", dice.
En el living principal conviven pinturas de renombrados artistas y esculturas de todas partes del mundo. "Tengo tres cuadros de Francisco Travieso por cada vestido de novia que les hice a sus hijas. Tengo Castagnino, Fader, Presas, Marta Minujín, Basavilbaso, Suárez... Todos tienen alguna historia. O porque es amigo mío, o, por ejemplo, el Castagnino, porque era el cuadro que estuvo siempre en la casa de mis padres. Todos tienen algo que ver conmigo. No es al azar que están ahí. Lo mismo que las esculturas, que tienen que ver con una cosa decorativa y como recuerdo de mis viajes. Tengo obras de Jujuy y Estados Unidos. Cuando viajo me gusta comprar objetos para mi casa", asegura.
En cada uno de los espacios que componen el departamento, es visible la impronta del afamado diseñador. Los colores vivos copan muebles y cortinados que conjugan a la perfección con los pisos, techos y paredes en blanco impoluto. “Mi vida es pensada en color. Desde cómo vivo y lo que me pongo hasta lo que hago en mi trabajo. Con mi hija nos une el color. Si bien ella es mucho más joven y tiene otra mirada de la moda, el color nos unifica. Marina empezó a trabajar conmigo hace seis meses. Está estudiando en la Universidad de Palermo y trabajó con una amiga mía que tiene que ver con el color que es Agatha Ruiz de la Prada”, confiesa.
Padre de dos hijos, Benito ama la vida familiar y compartir con los suyos largas charlas en el living de su casa. Marina vive con su padre, mientras Lucas se mudó a una cuadra del Palacio de los Gansos y suele pasar los fines de semana en el departamento del diseñador. La menor de los dos hermanos comparte con su padre gran parte del día, ya que trabaja en el taller de Fernández. "Estamos mucho tiempo juntos. Hace tres años se vino conmigo y la convivencia es excelente. Disfrutamos mucho de estar en casa. Nos divierte. En un principio no quería que trabajara conmigo. Mi empresa hoy hace desde sábanas, cuadernos, perfumes, toallas y acolchados, hasta ‘prêt-à-porter’ y alta costura. No tenía ganas que ella se metiera tan rápido porque sentía que la iba absorber. Por suerte se fue dando y ella está re enganchada diseñando en la boutique. Estamos los dos muy contentos de trabajar juntos. Lo disfrutamos mucho", expresa.
Sentado sobre una silla Swan (cisne), creada en 1956 por el aquitecto y diseñador danés Arne Jacobsen, José Antonio, el perro de la familia, posa para la cámara como todo un profesional."Él es el rey de la casa. Se sube al sillón que quiere y se pasea por todos los rincones de la casa. Duerme pegado a mí pero no le gusta que le esté mucho encima. En cuanto yo lo abrazo y le empiezo a dar besos, se corre. Con José conectamos enseguida. Cuando lo fui a buscar al criadero, me habían separado una hembra negra de la misma raza, de dos meses y medio. Yo quería un machito y apenas lo ví con todos sus hermanitos conectamos. Él me eligió. Somos muy parecidos", dice.
Por Delfina Ortega Nodar.
Fotos: Marcelo Dubini.
Agradecimientos: Make up y peinado: Sole Vergara.