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Lluvia de corazones. "️️️": así graficó Paula Chaves la emocionante foto que posteó este jueves por la tarde, en la que se ven las manitos de Olivia y Baltazar Alfonso. Con las uñitas pintadas de rosa, la mayor protege a su hermanito y demuestra el amor que los une.
El domingo dos de octubre nació el hijo de Paula y Peter Alfonso. Al volver del sanatorio, la orgullosa mamá posteó: "6.09 am miro mi cama y no puedo creer tener esta familia tan linda! Todos encimados, sí, un caos jajajaja pero me explota el corazón?".
El martes, Chaves habló con sus compañeros de "Este es el show" y contó todos los detalles de su parto: "Estoy feliz, como si me hubiese pasado un tractor por encima, pero feliz de la vida. Súper contenta y también emocionada. Fue una revolución volver a casa con un nuevo integrante. Me pasó por mi vida una película, por todo lo que viví en este parto, todo lo que busqué que sea natural, de tener natural después de una cesárea. Fue muy intenso, digo que fue como una película porque por momentos como que me iba y no entendía nada. Rompí bolsa el viernes a las 22, me acosté a dormir, pero no pude dormir nada. Saben que dormimos con Olivia, pero esa noche se fue a dormir a su cama sola, los chicos son sabios y entienden absolutamente todo. Fue una revolución porque sabía que iba a llegar Baltazar en cualquier momento, y se hizo esperar bastante. Estuve con la bolsa rota 12 horas en mi casa con Vicky Seguí, que es la mujer que me acompañó a lo largo de todo el embarazo y toda la preparación, con charlas, mates, cafés y gimnasia. Esperamos las contracciones, que no llegaban, eran muy suaves. Así que después, a las once de la mañana me interné en el Mater Dei. Ahí me encontré con mi partera y después llegó el obstetra. A las 15 empezaron las contracciones fuertes y no pararon hasta las 5 de la mañana, que nació Baltazar (...) Estaba muy asustada, porque creo que a eso de las 22 como que colgué la toalla, después de estar desde las 15 en la clínica metida adentro de la bañadera y la ducha, con Pedro atrás mío abrazándome y con la partera apoyándome. Fue muy difícil y si no hubiera sido por ellos, no sé si hubiera podido. De ahí nos fuimos a la sala de parto, y ahí es como que pierdo un poco la noción del tiempo. Ahí es donde empiezo a implementar todo lo que aprendí para parir en movimiento, porque un bebito no sale así nomás, uno no puede encajar, y menos un bebé de 4 kilos como fue Baltazar. Ahí me empezaron a hacer mover, porque el bebé tenía que atravesar las cuatro fases de la pelvis. Fue como un parto animal, pude ponerme en cuclillas, de costado como mi cuerpo me lo pedía, hacía las posiciones que yo sentía que mi cuerpo iba necesitando. No tuve anestesia, tuve analgesia, porque al tener una cesárea previa tiene que haber sensibilidad. Pedro, obviamente, todo el tiempo tirado en el piso, cada 15 minutos chequeábamos si estaba vivo, creo que varias veces se quedó y reanimó solo, porque no daba bola. Cuando vi a Baltazar a los ojos creo que me fui de mí porque no recuerdo muy bien, creo que Pedro me levantó la cabeza y lo vi salir de adentro mío, me lo pusieron en el pecho. Es una imagen que no me la voy a olvidar nunca en mi vida, fue lo más increíble, igual que con Oli. Esperar a que el cordón deje de latir naturalmente y esperar a que él reaccione naturalmente a los minutos. Fue una experiencia que volvería a tener un millón de veces más. Fue muy emocionante estar ahí con Pedro, con todos los que estaban ahí en sala de parto. No saben lo que fue cuando lo sentí todo calentito arriba mío. (...) No se prendió al toque a la teta. Primero empezó a ociquearme, se prendió a la teta y lo tuve ahí arriba mío como una hora. No se lo llevaron a pesar ni lo bañaron. Le pusieron las vacunas que hay que ponerle, pero lo hicieron arriba mío y nunca lloró ni se enteró porque estuvo siempre piel a piel tirado encima mío, con Pedro al lado. La verdad que fue un parto animal".
