Dice que haber crecido entre humoristas no le da autoridad para la comedia, pero Nazareno Casero, sin embargo, es una persona que sabe hacer reír. Le brota naturalmente y es rápido para los chistes. Simpático y muy amable, el actor llega a su encuentro con CARAS muy bien predispuesto. En plena sesión de fotos en la piscina, una mujer lo reconoce y elogia su impronta física, pero él prefiere ser modesto: “Sos muy lindo/Eso no es cierto, señora/ Pero ponete la remera que vas a tomar frío así, todo mojado/Estoy bien, no se preocupe/Es que soy idishe mamele, no lo puedo evitar/Entonces, vení y pegame un cachetada”, le retruca el actor y la risa de todos se vuelve incontenible.
“Marco fue un pibito que vino de Códoba para ver si se podia ganar la vida y conoció a “Patito”, el personaje de Diego Ramos. Quizás el pibe ya venía sabiendo lo que le pasaba, o cuáles eran los colores de su sexualidad, pero no me lo plantee mucho. Y creo que debería ser así o ya es así un poco. En un futuro no tan lejano las personas van a gustar de personas. Hoy se empiezan a perder esas estructuras. La humanidad va mutando y por suerte está pasando que hay desinhibición y que la gente hace lo que se le canta”, reflexiona Casero sobre el personaje que lo devolvió a la televisión y lo sumó hace apenas unas semanas a “Educando a Nina”, la novela éxito de Telefé, después de su destacado paso por “Historia De Un Clan”, la ficción que obtuvo seis estatuillas en la última edición de los Martín Fierro. “Es una bendición poder hacer lo que gusta. Jamás podría quejarme”, agrega.
“Laburar en “Historia De Un Clan” fue una suerte y una oportunidad muy grande que me dieron para mostrar que puedo actuar. El hecho de trabajar con tremendos actores te enfrenta a dos posibilidades: inhibirte o, al revés, saber sacar lo que tenés adentro. Para mi carrera fue muy importante porque fue demostrar desde mi personaje, que fue creciendo, mis cualidades”, explica el hijo de Alfredo Casero, para quien ese trabajo significó una prueba de fuego.
Tal vez sea su chispa y ocurrencia—y sus armas como actor, como él explica—las que llevaron a Nazareno a incursionar también en la conducción con “Tocala”, programa de la medionoche de TyC y “Sin Rueditas”, el ciclo radial que Nazareno conduce en Radio Con Vos (FM 89.9), cada sábado de 10 a 13 horas. “Pero también tengo mi mal humor y mi oscuridad y las disfruto. Cumplí 30 años en junio y si vos a esta edad no empezás a sonreir es por cosa tuya”, afirma Casero, quien desde un tiempo luce el cuerpo mucho más tonificado, fruto de un arduo entrenamiento y gran dedicación.
“Hace un par de años empecé a entrenar, pero no estaba interiorizado del todo. Una cosa es ir al gimnasio y levantar una pesa, pero otra es entender como se trabaja ese músculo. Después, lo más importante es aprender a comer. Hay que cuidar la dieta, descansar bien, ser meticuloso y ordenado y tener a alguien que te ayude, como tu entrenador. Mi ex novia entrena y está muy metida en ese mundo y me tiraba tips. Y empecé a tomarme ese trabajo porque nunca lo había hecho. En mi laburo el envase es importarte, es tu carta de presentación. Una persona entrenada da saludable. Me gusta que arriba del escenario se vea un cuerpo armónico, no el de una persona sedentaria”, detalla Nazareno. Su rutina física lo lleva a entrenar, mínimo, tres veces por semana. Va al gimnasio y practica artes marciales mixtas—que inició como entrenamiento para una película que se pospuso, en la que hacía de villano—y también hace trabajo aeróbico.
“No como harinas procesadas, trato de no ingerir dulces y de bajar la cantidad de comidas, que es algo que hay que hacer. Como carnes magras, verduras, legumbres. Intenté ser vegetariano, pero no pude, ¡Necesito una hamburguesa! (risas) Me gusta hacer bien las cosas para que duren y porque me siento muy bien físicamente”, cuenta el actor, a quien tiempo atrás vincularon sentimentalmente con Lali Espósito, luego que ambos cincidieran en Nueva York (se dice que habrían tenido una cita en la Gran Manzana), durante un viaje que ambos emprendieron con amigos. También se rumoreaba que luego mantenían encuentros a escondidas y que el romance se originó después que los actores se cruzaron en la última edición de los Martín Fierro.
—¿Estuvieron de novios con Lali?
—No, no estuvimos de novios. Nos conocíamos, pegamos onda y de golpe,un sapo dijo que en Nueva York me vio a los besos...cosa que yo no recuerdo. Y en base a eso se armaron toda una cantidad de conjeturas y afirmaciones. Había gente que me decía “vos te querés colgar”. Creo que lo que hubiese querido darle o le daría a una persona como Lali es privacidad. Un poco de silencio. A mi me gusta estar lejos de todo ese barullo.
—Pero dijiste que ella “te gustaba desde siempre y que era un sueño”. ¿Seguís pensando así?
—Siempre me pareció muy linda. Te das cuenta que es una persona con carisma, ángel y algo diferente. Después lo del sueño fue una manera de decir algo lindo. Nunca escatimé halagos o piropos para alguien que me parece lindo. Jugaría mis fichas de actor antes que mis fichas de mediático. Creo que fue toda una bola que se armó y a mí no me dan ganas de explicar qué pasó, que no, si hubo un beso o no. No estuvimos de novios, si hubo un romance o no, queda para nosotros, está todo bien. El tema está aclarado. Ella salió hace poco diciendo que era un invento lo del noviazgo.
—Venís de estar muchos años en pareja ¿No extrañas estar de novio?
—Estuve como cinco años consecutivos de novio, en dos relaciones. Las parejas tiene cosas buenas y otras no tanto. Lo bueno es que encontrás una persona con la que estás bien y te gustás, pero en un momento empezás a acostumbrarte y, si lo dejas pasar, en diez años sos una persona casada, aburrida, que no digo que todos los sean. No hay que dejar que muera esa pasión y esa sorpresa. La convivencia no es algo bueno. Es lindo despertarse un domingo y no tener a nadie al lado, mover la patas y abrazar al perro en la cama. No extraño estar de novio, me gusta conocer a alguien y el juego de la seducción y concretar, pero necesito mi tiempo y mis espacios. Tampoco estoy cerrado a una pareja. Soy difícil de domesticar.
—¿Cual sería la chica ideal?
—De una chica me gusta que me sorprenda, que me siga, como yo también lo hago. “¿Vamos a Chascomús a comer? ¡Vamos!” Eso de saltar al vacío me atrae. Sí o sí me tiene que gustar y pasar algo animal con ella, porque me tiene que volver un poco loco. Con vueltas, histeria o inseguridades, no. Por ejemplo, una mujer que viene y te encara abiertamente me encanta.
por Kary López
(Producción: Fernanda Vaudagna)
Fotos: Federico de Bartolo.
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