martes 23 de abril del 2024
ACTUALIDAD 22-11-2016 10:39

Marcela Kloosterboer y su beba

La actriz espera ansiosa la recuperación de su marido. Galería de fotosGalería de fotos

En los últimos días de octubre se transformó en forma súbita la vida de Marcela Kloosterboer (33). La felicidad plena que compartía con su marido, el ex rugbier Fernando Sieling (34), con quien está casada desde 2014, y la pequeña Juana, que todavía no tiene un año, se modificó abruptamente cuando a Sieling se le manifestó un brote psicótico que llevó a la actriz a solicitar una internación urgente y fue trasladado al pabellón psiquiátrico del Hospital Italiano, donde inmediatamente fue atendido por médicos especialistas.

Desde el primer momento se mantuvo un gran hermetismo y fueron varias las versiones que se dieron respecto de la manifestación del brote. Una de ellas, tal vez la que se escuchó con más fuerza y rápidamente tomó estado público, es la que aseguraba que Fernando había participado de una ceremonia con consumo de ayahuasca: sustancia alucinógena de los indígenas del Amazonas.

Mientras aguarda la recuperación de su marido, Marcela intenta poner la mejor energía y salir adelante cada día. La semana pasada fue con su beba al showroom de “Klooster´s” la marca de calzados y accesorios que armó con su prima, la diseñadora María Pomarada. Ya en plena temporada Primavera-Verano, no puede descuidar este emprendimiento que con María prepararon durante mucho tiempo y les está dando grandes satisfacciones ya que solicitan sus creaciones desde diferentes puntos del país con su fuerte apuesta a la venta virtual y por catálogo.

Llegó a la calle Thames, del porteño barrio de Palermo, antes del mediodía y subió al primer piso. Enseguida se puso a ordenar estantes y cajas sin perder la sonrisa y trabajando codo a codo con su prima y las empleadas. En un momento de descanso tomó a la beba a “upa” y jugó con ella durante un buen rato. Pasado el mediodía, Marcela Kloosterboer fue a un negocio cercano a buscar provisiones para el almuerzo y bebida para todo el grupo de trabajo.

Visiblemente más delgada pero sin perder las esperanzas de volver a reencontrarse muy pronto con su marido, a quien visita de forma continua en el centro de internación psiquiátrica. Refugiada en la contención y el amor de su pequeña heredera se muestra fuerte y segura del momento por el que está atravesando.

Fotos : MOVILPRESS

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