Las agujas del reloj se movían a paso lento, o al menos eso le parecía a Ximena. Sentada frente a la puerta cerrada aguardaba impaciente. Cuando la alarma sonó, marcando que la espera había terminado, abrió e ingresó al baño a toda velocidad. Tomó el test y con miedo miró el resultado. Por tantos años hizo la misma rutina, que dudaba encontrarse con algo más que la negativa a ese sueño que tanto deseaba. Miró el dispositivo y con los ojos llenos de lágrimas llamó a su marido para decirle lo que tanto tiempo esperó: “¡Positivo! ¡Estoy embarazada!”. Y tras meses de gestación llenos de amor y cuidado, nació el primogénito cumpliendo el gran deseo de la pareja. Con tan sólo una semana de vida, Ximena Capristo (40) y Gustavo Conti (41) comparten su felicidad con CARAS y presentan en exclusiva a Félix.
“Nos encontramos felices. Desde que llegamos a casa estamos apartados del mundo (Risas). Los tres juntos sin recibir visitas. Nos pasamos el tiempo contemplándolo. ¡No lo podemos creer! Fuimos al sanatorio dos y volvimos tres. Hoy todo gira alrededor de nuestro bebé”, dice la actriz.
Luego de más de veinte horas de trabajo de parto, Félix, con 3,480 kilogramos y 50 centímetros, llegó al mundo el domingo 22 de enero por la madrugada, en la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
“Todo el mundo te cuenta sobre la maternidad, pero nadie te habla del momento de dar a luz. Estuve cinco noches sin dormir. El día antes del parto estaba con un dolor terrible. Tenía contracciones muy fuertes. Ahí empezó todo. Estuve con trabajo de parto en casa desde las siete la tarde hasta las diez y media de la noche que llegamos a la Suizo. Ahí pensé que ya estaba, pero no, faltaban como cinco horas todavía... (Risas) Todas te hablan del parto y dicen que no duele nada, pero mienten. A mí me dolió mucho, pero no cambiaría ese dolor por nada”, confiesa Ximena.
Gustavo permaneció firme a su lado durante todo el proceso, sin soltarle ni un segundo la mano. Emocionado, recuerda el momento exacto en el que vio salir la cabecita de su hijo.
“Es una mezcla rara de sensaciones. Por un lado estás alerta, pensando que no haya ningún problema; pero por el otro, querés llorar y gritar porque, por fin, lo tenés ahí. Te pueden contar todo sobre el parto o podés verlo por internet, pero sentirlo y estar ahí es muy loco. La frase: “Es un parto”, está muy mal utilizada. Un parto es otra cosa. Ximena le puso el cuerpo, las ganas, el corazón, la vida... Le puso todo. Yo la miraba mientras pujaba con todas sus fuerzas y sentía admiración por ella. No me quería perder ni un minuto, ni loco lo filmaba. Soy egoísta y quiero quedarme con ese momento grabado en mis retinas para siempre”, asegura.
Madre e hijo permanecieron internados dos días por “protocolo médico”. Y, por expreso pedido de la pareja, no recibieron visitas en el Sanatorio; sólo podían acceder a la habitación el Dr. Sandro Persichetti y la partera Lara Sorbilli, quienes estuvieron a cargo del parto de la actriz.
“Queremos vivir estos primeros días los tres solos. Nos tenemos que conocer. Después ya nos va a sobrar el tiempo. No hay que apresurarlo. Por ahora, sólo recibió la visita de mi hermano y la madrina, que pasaron un rato por casa”, dice Gustavo.
Desde la llegada del pequeño al hogar de la pareja todo es una explosión de amor y ternura. La rutina de ambos cambió y las cosas que antes disfrutaban compartir hoy pasaron a un segundo plano. Todo gira en torno al nuevo miembro de la familia, y hasta Jaime, el Pinscher miniatura que por años fue como un hijo para los actores, cuida al bebé como si se tratara de un tesoro.
“Lo sigue todo el tiempo. Al principio no entendía nada. Lo olía y nos miraba como diciendo: “¿Qué es esto?”. Ahora está pegado a Félix. Cuando le doy la teta se sienta al lado mío y lo mira, y cuando duerme en la cuna lo vigila desde abajo”, asegura Ximena.
Mientras dan sus primeros pasos como papás, la pareja ya sueña con darle un hermanito a su hijo en un futuro cercano. “Queremos esperar un poquito antes de buscar otro bebé. Félix fue uno de los regalos más grandes que nos hizo Dios. Ojalá nos vuelva a bendecir pronto”, confiesan.
Después de quince años juntos, Ximena y Gustavo pudieron por fin concretar el sueño de ser padres. La búsqueda fue dura y muchas veces las lágrimas se apoderaron de ellos. A pesar de no poder cumplir su mayor deseo, jamás perdieron la fe y lo continuaron intentando hasta la llegada de Félix, quien hoy ilumina su presente como nada ni nadie jamás lo hizo.
“El nacimiento de nuestro hijo nos afianzó. El amor que nosotros nos tenemos es muy fuerte, pero con el bebé se hizo eterno. Lo miramos y nos vemos reflejados en él. Suena muy cliché, pero definitivamente es el fruto de nuestro amor. Ya no somos más dos, hoy nos convertimos en tres y así será por el resto de nuestras vidas”, concluyen.
por Delfina Ortega Nodar
FOTOS: GABRIELA OJEDA
Agradecimientos: Fotos Gabriela Ojeda. Make Up y Peinado Cristian Rey con productos Sebastián. Noa & Mia. ¿Qué será? Mother's Style. Imperio Indígena. Orso Bianco. Prensa: Agencia AB.