En la casa de los Ruggeri, la mesa está servida. El agua para el mate en su punto justo y una docena de facturas ya listas para degustar. Mientras algunos integrantes de la familia se acercan al comedor y otros juegan a las bochas en el amplio jardín de la casona, entre autitos de carrera, juguetes y algunos muñecos de superhéroes, Oscar Ruggeri (55) y Milo (3), el primer nieto del clan, corren alrededor del lugar.
A un costado, Daiana Ruggeri (27) —embarazada de 9 meses— los observa con atención y sonríe. “El segundo embarazo es muy distinto. Me encontré con que tenía que prestarle muchísima atención a Milo, por los celos, por cómo reaccionaría. Está muy sensible con la llegada de Roma asi es que estoy muy enfocada en él. Y papá Oscar está re-baboso. Me llama todos los días y me está muy encima. Le encantó ser abuelo joven y con Milo lo disfruta un montón, se tiran al suelo, lo lleva a todos lados, son súper compinches”, relata la hermana de Candela Ruggeri (25).
Todavía un poco agitado y con el pequeño en sus brazos, “El cabezón”, como lo llaman sus amigos, completa el relato de su hija: “Le hablo a Roma desde el primer día y cada vez que le toco la panza se mueve, desliza el pie o las manitos. Le pregunto cómo está y le cuento que ya está por salir, todos la esperamos ansiosos”, asegura.
Con la experiencia de haber atravesado un primer embarazo, Daiana asegura que gracias a su instinto maternal presentía que algo especial se estaba gestando antes de practicarse el test. “Me lo hice y me dio positivo, pero yo podía sentirlo de antes. Los primeros en saberlo fueron Nico, mi marido, y Milo para que no se lo tomara mal. Al principio mucho no entendía, recién hace dos meses cayó cuando le vimos la carita en una ecografía. ¡No lo tomó tan bien! El quería que fuera un varón para jugar a los superhéroes. Pasa del amor al odio todo el tiempo… De repente está bien y a veces hasta me mordía la panza”, admite la mayor de los Ruggeri, a punto de dar a luz.
Sobre el nombre elegido para su heredera confiesa que lo vio en una película junto con su pareja desde hace 11 años, Nicolás Vattimos (28), y desde entonces quedó enamorada. “Queríamos un nombre corto que pegara con Milo, que significa gladiador. Y Roma es amor al revés”, sostiene y asegura que al igual que con su primogénito desea atravesar un parto natural.“En el parto de Milo lo saqué yo misma con mis manos… El obstetra me hizo pujar y yo lo saqué. Lo tengo filmado y es súper fácil. Te parás y cuando el bebé está afuera, lo levantás y lo apoyás sobre el pecho. Estoy esperando vivir lo mismo con Roma”, explica la bella joven.
A medida que avanza la entrevista con CARAS, su hermana “Cande”, entusiasmada, escucha con atención mientras los mellizos Stephan (20) y Federica (20) observan desde lejos. “Ella es como la tía loca. Es un tiro al aire. La que hace todo al revés. Por ahí estamos almorzando y le trae un huevo de chocolate; son cosas que hace de inocente”, revela “Dai”. Y, entre risas, Candela la interrumpe: “Un poco sí, lo soy. Estoy feliz con la llegada de Roma. Aunque cuando nació Milo me enamoré y soy su madrina, siempre quise una nena para vestirla, pintarla y ponerle moñitos”, lanza.
Atardece y la puesta de sol sigue iluminando la escena. Sobre el verde de la naturaleza, con vistas a un sublime paisaje en medio del campo, queda en evidencia la genuina unión que conecta a los Ruggeri. Charlan, sonríen y se toman selfies. Nada los perturba. La llegada de una nueva integrante al clan no hace más que reafirmar los lazos de amor. “Nos re-acompañamos y vamos en batuta a cualquier lado. Somos los “Campanelli”. Son todos tíos jóvenes y abuelos jóvenes. Roma es una beba muy esperada por todos y será la nueva mimada de la familia. Ahora tendremos al rey y a la reina”, concluye “Dai” emocionada.
Fotos: Fabiana Blanco Photography.
Agradecimientos: Vestuario Noa&Mia. Colaboró Natalia Kremer Photography. Mery Jo.