Todo el esplendor, la elegancia de su lujosa decoración y la fastuosidad del emblemático refugio de reyes, príncipes y millonarios, fue el lugar elegido para pasar sus pocos días en Buenos Aires. El “Alvear Palace Hotel”, el glamoroso edificio ubicado en el corazón de la Recoleta, la recibió en una luminosa suite del octavo piso que convirtió en su “bunker” porteño. Mariana Nannis no podía elegir otro lugar para disfrutar de su escapada a la Argentina. Su suite está revuelta, con maletas de las que asoman exquisitos vestidos y zapatos de renombrados diseñadores, sombreros y batas que se mezclan con carteras, estuches repletos de maquillajes y aromas embriagadores. También hay botellas de agua mineral y latitas de la única bebida que toman las hermanas Kardashian. Un equipo de amigos, colaboradores y confidentes, la acompañan, la asisten y disfrutan de sus divertidas ocurrencias. Se despertó cerca del mediodía porque la noche anterior comió con sus hijos, Charlotte (24) y Alex (24), ya que también aprovechó su visita para reencontrarse con ellos. Axel, su tercer hijo, tiene 25 años, es pintor y està radicado en España. Sin Make Up, casi a cara lavada, Mariana luce bella, con su clásica melena rubia. Caprichosa, excéntrica, frívola, provocadora, ácida y tan amada como criticada, la esposa del ex futbolista Claudio Paul Caniggia (50) se “entrega” a una íntima y reflexiva charla con CARAS. Y, lejos de estudiadas poses de diva, mientras come un bol repleto de aceitunas y bebe un agua tónica, arranca con su primera explosión. “Todo el mundo piensa que yo no hago nada. Pero no es así. Todo lo contrario. No paro. Ahora vine a trabajar. Porque yo puedo trabajar de lo que quiera y me llaman todo el tiempo de la televisión porque doy rating. Soy muy rápida para contestar cada pregunta que me hacen y no hay muchas personas que lo puedan hacer como yo. En eso soy única. Ese mito de que no trabajo debe haber salido de un grupo de amigos de mi marido. Ellos piensan ‘¡Esta no hace nada!¡Sólo le gasta la plata al marido!’ Y no saben nada de mi vida. Son todos machistas insoportables…”, repite Mariana sin perder su gran sonrisa.
—¿Qué está haciendo en la actualidad? ¿En qué ocupa su tiempo?
—Yo puedo trabajar de lo que quiero. La gente no me conoce pero me encargo de todo lo que pasa en mi casa. Del vivero, de los alimentos que hay que comprar, de lo que hay que arreglar, de los animalitos, de la ropa, de todo… Sé cocinar también pero solamente lo hago para algunas pocas personas a las que quiero. Igual me da mucho asco cocinar por el olor que te queda en el pelo. Por esa razón si me meto a cocinar lo hago con un turbante que tengo para proteger mi cabeza. Porque siempre tengo impecable el cabello. Soy una obsesiva del pelo. Me encanta la comida italiana y, cuando te quiero, te cocino.
—¿Muchos la señalan como la primera botinera…?
—No me considero una botinera porque cuando me casé mi marido no tenía un peso. El hizo la plata al lado mío. Digamos que él fue escalando y yo estaba siempre a su lado. ¡Yo no conocí un jugador que ganaba una fortuna! Recién empezaba su carrera. Y yo era una chica bien con la plata de su papá. Pero a mí Canniggia no me sacó de una villa. Y me jugué todo por èl. Me escapé de mi casa. Dije que me iba a lo de mi abuelo y nos fuimos a Bergamo, pequeña localidad italiana cercana a Milán. Hice cosas muy jugadas por él. Lo más jugado que hice por un hombre es aguantar. Algún día voy a contar todo en un libro. Igual, no hay nada de lo que hice que me de vergüenza. Hago todo con el corazón.
—¿Cómo es la relación con su marido Claudio Paul después de tantos años juntos?
—¡Con él llevo 29 años de aguante! Yo siento que un matrimonio dura todo lo que aguante la mujer. Porque cuando la mujer dice ‘basta’ el matrimonio se va al diablo. Con Claudio Paul nunca estuvimos separados porque yo soy muy buena. Y los hombre son así; una vez que te tienen segura pasas a ser una cómoda pero cuando transcurre el tiempo y vos te das cuenta que no sos ninguna cómoda, que te mirás al espejo y estás buenísima y salís a la calle y todos los tipos te miran… Pensás ‘¡Qué embole estar encerrada escuchando eso de ¡Vos no hacés nada; vos no trabajás..! Es un maltrato sicológico para que no salgas más de tu casa y sientas inseguridad de vos misma. Y yo siempre fui para adelante y por más. Siempre prioricé mi familia y luché por ella. Nunca abandoné el barco por más que muchas veces estuviera a punto de hundirse.
—Como dijo lleva 29 años junto a Canniggia ¿Por qué lo eligió y aún está a su lado?
—Cada uno tiene un ciclo junto a una persona. Cuando tenía 20 años, había doscientos tipos atrás de mi culo y, de repente, se aparece una persona que te rompe la cabeza y ya no estás con el otro. Creo que todos tenemos un destino marcado y, aunque a veces lo movemos un poquito si hay algo que te tiene que llegar, aunque pasen 10 años, te va a llegar igual. Pase lo que pase. Así ya esté casada y me lo hayan corrido un poco del camino, a lo largo del tiempo, me va a llegar igual.
—Pero aún siguen juntos… ¿Por qué?
—Creo que nosotros seguimos juntos por que lo conozco desde hace tanto tiempo… Ya nos conocemos demasiado y Claudio Paul no es de sorprenderme. Esa materia la tiene que aprender. Se tiene que comprar un libro. Lo miro y ya sé qué está por hacer. El hombre es quien tiene que tomar la iniciativa con la mujer. Yo jamás lo hice, a pesar de parecer tan lanzada, porque para eso están las putas. Y todo el tiempo no puedo ser la más puta con mi marido. Entonces debe irse por ahí a buscarlo… Creo que una mujer es tan puta como el hombre quiere que ella sea. El que hace que la mujer se así es el hombre. Y hay hombres que no hacen nada y ahí es donde se va al diablo todo…. Yo si no lo estoy pasando bien en un lugar, me voy. Ahora ya no me quedaría a su lado sólo por mis hijos pero, en su momento, lo hice por mucho tiempo. Siempre hice cosas por mis hijos y uno sacrifica hasta su propia felicidad por los hijos. Hasta soportas un matrimonio que no esta bien y muchas otras cosas que tampoco están bien. Yo aguanté mucho malo para que la pareja siguiera para adelante. Por eso repito que la pareja dura hasta que la mujer se cansa de aguantar cosas. No me gusta mucho pero el destino de cada uno está marcado y uno no lo puede cambiar cuando se le canta. Lo hace cuando se le da la oportunidad. Por eso un matrimonio es como jugar a la ruleta rusa: nunca sabés cuándo va a salir el tiro… Pero a esta altura siento que la pasión es más importante que el amor.
—Y ¿Cómo es el día a día juntos? ¿Discuten, pelean..?
—Nuestra relación es buena. Yo soy una mujer muy explosiva y pienso que lo sorprendí siempre pero ahora es el hombre el que me debe sorprender. Uno no puede hacer todo el tiempo todas las cosas. Quizás hoy espere que del otro lado empiece a sorprenderme. Yo me levanto peinada y no uso Make Up. Siempre estoy bien para él. Puede ser con un baby-doll u otra cosa. Pero cuando hay pasión dura toda la vida. No hay que estarla buscando o provocando. Una pareja es de a dos y, si a alguno se le termina la pasión es porque el otro no hizo algo. El matrimonio es cincuenta y cincuenta. Hay hombres que están atentos a la mujer y le llenan la cama de pétalos de rosas y eso yo no lo tengo en mi casa.
—Y a lo largo de estos 29 años ¿Ud. fue fiel y le fueron igualmente fiel?
—Yo fui y soy muy fiel. No tengo la menor idea si del otro lado lo fueron y lo son. Porque a estos tipos (los jugadores de fútbol) como el mío, los siguen todas las putas. Entonces no me quiero enterar de nada. Detrás de los futbolistas van las putas baratas. Jamás va a encontrar una mina como yo: linda, con estilo, inteligente y que lo cuide… Hay mujeres que son de un solo hombre y hay hombres que son de mil mujeres. Eso me pasa a mí. La mujer es muy inteligente y sabe cuándo su hombre se va con otra. Te das cuenta enseguida. Yo nunca lo vi, aunque una vez encontré algo en su teléfono que no me gustó. Pero si lo descubro, lo dejo inmediatamente. Me separo. Si lo veo a Claudio Paul con otra mina lo dejo. ¡Si yo puedo tener al tipo que quiera..! Fui demasiado fiel y podría estar con trescientos tipos. Pero no lo hago. No salgo de noche, no voy a comer a ningún lado… Parece que Canniggia me hubiera castrado….
—Si lo descubriera en una infidelidad, ¿Se vengaría?
—No me gusta la venganza como dijeron que yo lo hacía comprándome cosas. Yo me compro lo que quiero cuando algo me gusta. Si me tuviera que vengar comprándome cosas, no me alcanzarían todas las tarjetas de crédito ni el efectivo. Además, la plata es mía. No me gusta tener que pedirle nada a nadie. Mi marido debe saber darme lo que quiero antes que yo lo pida. Y lo sabe, porque sino ¿Cómo hace un hombre para tener a su lado durante tanto tiempo una mina como yo y que le es fiel? Sólo teniéndola como a una reina lo puede lograr.
—¿Cómo se definiría como mujer?
—Soy una mujer rusa. Como las nacidas en Rusia, aclaro para evitar malentendidos. Soy fuerte, batallo, no me dejo dominar, soy de gran personalidad… Soy la que digo ‘Basta de palabras’. Porque a las palabras se las lleva el viento. Ahora sólo quiero hechos. Así piensa una rusa.
—¿Pero siempre se sintió una reina junto a su marido?
—Viví en chozas y en palacios , obvio donde me gusta hacerlo. No soy b…. ¿A quién le gusta estar en un lugar feo?. Pero muchas veces me la tenía que aguantar. Igualmente nunca me arrepentí de nada de lo vivido. Yo tenía una familia y por ella me la tenía que aguantar. Porque no todo era fácil en mi vida como muchos piensan.
—¿Qué lugar ocupa el dinero en su vida?
—El dinero es un instrumento para darme mis gustos. La plata sólo sirve para darte lujos. Para lo único que vale tenerla. Porque si yo quiero puedo estar un mes comiendo sólo papas fritas o aceitunas.
—¿Y cuál fue el gusto o el capricho más caro que se dio?
—De repente mi marido es un capricho que mi di. Porque me costó caro. Muy caro. Cuando lo conocí yo tenía todo y lo dejé por él. Dejé hasta mi vida para pasar a ser la sombra en la vida de él. Aunque tiene muy claro que yo no soy de nadie. Y luché por no perder mi identidad. Yo no soy “de Canniggia”. Soy y siempre seré Mariana Nannis. Muy yo. Puedo estar con mi marido pero jamás dejaré de ser yo. No me gusta ni me casé para ser la mujer de tal…
—¿Es fogosa en la intimidad...?
—Siempre dije que la mujer en la cama para su marido debe ser la más puta. Hay muchas mujeres que trabajan para mil hombres y hay otras que trabajan para un solo hombre que es el marido.
—¿Alguna vez hizo terapia o meditación?
—No creo en nada de la “New Age”, eso de la vida nueva. Sólo sé que hay que comer sano, cosas que no tengan pesticidas. La meditación no está mal. Creo que un poco de vida tranquila y meditar está bien pero no para mí. Hay gente que se va a jugar al golf, otros van al sicólogo y otros a la peluquería. Todos buscan la paz y creo que cualquier camino, si les sirve, está bueno. Todos deberíamos tomarnos un tiempo para pensar en una sola cosa y ponerle fuerza para que se cumpla. Mi terapia son mis animalitos. Mis perros y mis gatos. Ellos no me van a engañar jamás.
—¿Qué tips o secretos de belleza tiene?
-—Soy anti-cirugías. Sólo me hago plasma en la cara. Me sacan sangre, la ponen en una licuadora y después me la inyectan de nuevo con una vitamina. Jamás tomo sol ni como carne. No bebo alcohol, ni champagna. Por la mañana me hago dos huevos, tipo omelettes y después como muchas verduras y frutas, quesos y lácteos. No como carne desde los 15 años. ¿Gym? Ni loca…¡Eso de ponerte joggings, zapatillas y transpirar, no es para mí!
—¿Qué piensa de las cirugías de su hija?
—Charlotte es rebelde. Incontrolable. No me pregunta nada. Y yo soy una mamá muy protectora con todos mis hijos. No quiero que se haga más cirugías. Le dije ‘Quedaste linda pero ahora pará’ porque si no vas a terminar como Michael Jackson. Ya se operó todo lo que quiso. Se puso lolas y ahora se las achicó porque era demasiado. Ahora está más fina.
—¿Cómo se imagina dentro de muchos años?
—En Marbella, con mis siete perros y mis quince gatos rescatados de la calle, muy tranquila. Mis hijos son lo más importante en mi vida. Pero ya están grandes y se fueron a hacer sus vidas. Por eso hoy mis animalitos son lo más importante. Me acompañan, son más lindos que las personas. Me dan amor y son incondicionales.
—¿La asusta envejecer?
—No me importan las arrugas. Cuando tengan que salir saldrán. Nada me importa menos en la vida que los años. Seguiré con el plasma a full porque al quirófano no entro ni loca…
—Muchos dicen que Ud. no trabaja, ¿Qué le responde a esa gente?
—Soy una mujer que genera cosas todo el tiempo. Puedo dedicarme a la decoración o diseñar ropa o levantar un edificio porque tengo buen gusto. Puedo hacer lo que quiero porque tengo potencial y es un pecado que alguien como yo se quede encerrada en su casa. Ahora voy a hacer un programa en la televisión española, en la Cadena Tele 5. Casi una contradicción porque yo no miro televisión. Será un ciclo de charlas. Porque me pagan para hablar y decir lo que pienso de muchos temas. Aunque si me preguntan algo sobre política me voy a tener que preparar porque no me gusta nada ni entiendo demasiado. Y acabo de grabar el primer capítulo del reality que Charlotte y Alex hacen para la MIV que saldrá en Europa y Latinoamérica. Obviamente lo celebramos en el exclusivo club "Olivia Valère" de Marbella. Y, en el verano, traeré a la Argentina la bebida energizante que toman las Kardashian y se llama Hype. También quiero empezar a diseñar ropa con telas geniales de cualquier lugar del mundo.
—¿Le gustaría que alguno de sus hijos la convierta en abuela?
—Yo no tengo ningún problema… Ya están grandes, tienen sus propias vidas, y deben saber lo que hacen. Yo sólo les digo, “A quien le gusta la bicicleta, que pedalee”. A esta altura yo ya no estoy para bebés. En su momento quise tener cinco hijos pero mi marido sólo quería tres.
—Además de esa, ¿Tiene alguna otra asignatura pendiente?
—Sí. Me hubiese encantado casarme por iglesia con un vestido blanco, divino. Pero Caniggia me dijo “Tenés la libreta del Civil, ya está”. Pero pienso que la vida da vueltas y de repente, algún día lo concreto. No con Claudio porque él no quiere. Por ahí me encuentro con alguien, me divorcio y me caso por Iglesia con ese señor. El no me dejó cumplir con algo que yo mucho quería… Claro que hoy no me vestiría de blanco. Tendría un vestido divino, colorado.
—¿Es la única deuda..?
—No. También voy a escribir un libro en el que voy a contar toda mi vida, con cosas que la gente ni se imagina que pase. Yo creo en Dios porque si no lo hacés no crees en nada de la vida. Y sé que él siempre me ayuda a no llorar.
—¿Se imagina alguna vez viviendo nuevamente en la Argentina?
—No creo. Lo veo muy difícil. Es muy complicado vivir en este país. ¡Ojo! Acá me siento más querida de lo que muchos creen. Porque yo hago mi vida y no salgo a la calle a pedir besos… Pero Buenos Aires no es un lugar fácil para estar instalado aquí. Quizás, en algún momento de la vida ésto cambie y entonces yo pueda regresar. Aunque como veo todo en la actualidad, no. En la Argentina la gente no tiene plata para comer.
por Gaby Balzaretti
F.DE BARTOLO/PERFIL
Agradecimientos: Alvear Palace Hotel, John Green, Make Up Kenny Palacios, amigo, coordinador y RRPP Patricio Moreno.