Todo se remonta al 8 de marzo de 1857, en la ciudad de Nueva York. Allí, varios obreras pertenecientes a la industria textil, organizaron una protesta para reclamar lo que consideraban justo: luchaban por mejores condiciones laborales y mejores salarios.
El 8 de marzo de 1908 alrededor de 15 mil mujeres se manifestaron en la misma ciudad, para pedir la reducción de horas de trabajo, mejores salarios, el derecho al voto y el fin del trabajo infantil. Bajo el slogan “Pan y Rosas”, se reunieron para hacer valer sus derechos.
Fue así como en 1909 se celebró por primera vez el Día Internacional de la mujer en Estados Unidos, aunque no era reconocido por ningún organismo oficial.
En 1910, en la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, se propone el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, en favor de los derechos femeninos y el sufragio universal.
Como consecuencia, al año siguiente, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez a nivel internacional, el 19 de marzo de 1911 en Alemania. A menos de una semana de este hito, el 25 de marzo de 1911 en una fábrica textil se prendió fuego, causando 140 inocentes muertes. La mayoría inmigrantes, fallecieron en el trágico Incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, por no poder salir del edificio: habían sido encerradas sin posibilidad de escapar. Este episodio tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos y en el calendario de la agenda pública de muchos países.
Finalmente en 1975 llegó el apoyo oficial de las Naciones Unidas, que reconoció la fecha a nivel internacional. Recientemente, el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, sostuvo que "para conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas son tareas pendientes de nuestra época y constituyen el mayor desafío en materia de derechos humanos del mundo."
“Este año más que cualquier otro debería resultar abrumadoramente obvio que el 8 de Marzo no es un día para celebrar, ni para festejar ni para decirle a ninguna mujer “Feliz día”, solo por el hecho de ser mujer. Es un año para dejar de analizar y empezar a cambiar las cosas, cada uno desde su lugar. Cambiar el mundo es una tarea de todos”, dice Rocío Restaino, miembro del staff de Lean in Latam, la agrupación de Sheryl Sandberg, COO de Facebook que lidera un movimiento feminista de escala global con foco en el liderazgo de las mujeres en el mundo corporativo.
“En el mundo de las marcas pero también entre muchas personas encuentro algo en común: cada vez más los que ya entendieron que hay que hacer cambios de raíz pero en general son pocos los que saben realmente por dónde empezar.”, afirma Restaino.