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Intérprete de estirpe, no le teme a los desafíos y se mete en la piel de uno de los personajes más odiados de la pantalla chica: Luisito Rey, el padre de Luis Miguel (48), en la exitosa serie de Netflix y Telemundo sobre la vida del popular cantante. Amante de los desafíos, Oscar Jaenada (43) le rehuye al mote de “famoso” y dice que lo suyo es trabajar con emociones.
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“Prefiero jugar fútbol con Messi que con mi primo Manolo. Con mi carrera me sucede lo mismo, por eso considero que con Luis Rey jugué en primera. Los personajes que me exigen más son los que más que gustan. A la larga, son mucho más divertidos y agradecidos. Piden muchísimo trabajo, una dedicación absoluta y un olvido de tu vida personal. Eso me interesa muchísimo porque te da mucha cultura. Yo soy un tipo que no tiene ninguna carrera universitaria ni ninguna formación educativa pero me considero muy culto. Me gustan los personajes que requieren investigación. No quiero que caminen como yo, que se peinen como yo o que hablen como yo”, asegura.
Para interpretar a Luis Rey, padre y manager de Luis Miguel, tuvo que mudarse de Madrid a México. Si bien considera a este rol uno de los más importantes de su carrera, confiesa que vivir lejos de su hijo Aran Jaenada Goenaga (7), fue una de las pruebas más duras.
“Pablo Cruz, productor de la serie, me llamó y me dijo: ‘Tengo un personaje que quiero que hagas tú’. A mí me apetecía estar en casa con mi hijo pero escuché lo que tenía para ofrecerme. Me contó sobre el personaje y me dejó la biografía de Luis Rey. Leí el libro y me pareció una historia fascinante. Es un personaje alucinante. Tuve que hacer mucha investigación para poder entenderlo. Después de mucho meditarlo, llamé a Pablo y le dije: ‘Vamos a intentarlo’. Fueron cinco meses lejos de casa pero siento que este personaje lo valía. Creo que ese rol va a tener un toque especial en mi carrera”, dice.
Esta no es la primera vez que Oscar se mete en la piel de un personaje conocido en México. En 2014 interpretó al querido comediante “Cantinflas”, rol que le valió infinidad de premios y reconocimientos internacionales. Si bien en este caso se trata de un español como él, considera que se trata de un papel muy relacionado con este país que, desde chico, supo que le traería muchas satisfacciones en el plano laboral.
“Me costó ser el padre de “Luismi”. Luis Rey era un tío muy inteligente. Un gran artista con malas decisiones. Se suponía mucho mejor artista de lo que era y culpaba, por mucho, a la mala suerte. Juzgo a mis personajes constantemente. Me pregunto por qué todo el tiempo. En el set me he visto muy despistado, haciendo cosas muy tremendas. Antes de comenzar a rodar me senté con Diego Boneta, que interpreta a Luis Miguel, para charlar con él y que me conozca. Necesitaba que supiera que una vez que me metiera en los zapatos de mi personaje, no me los iba a sacar hasta terminar de rodar. Tuve que entender muchas cosas de mi rol que me costaron pero la que más trabajo me dio fue el trato con su hijo. Yo soy padre y eso fue una investigación larga y muy de sangre. Tenía que encontrarle una razón a ese trato que tenía con su niño”, concluye.
por Delfina Ortega Nodar
(Desde Ciudad de México)
Fotos: Gentileza Netflix y
Fernando Marroquín/Netflix.
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