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Cuando se los ve andar por José Ignacio en el vehículo playero con el que van de acá para allá, la identificación es inconfundible. Lo mismo pasa cuando por las mañanas se juntan de a cuatro en la arena y practican meditación, kabbalah o yoga, todas herramientas con la que Nicolás Cuño (47) y su mujer, la ex leona Giselle Kañevsky (33), se amoldan a una época que irremediablemente exige cambios. Sean de la generación que sean, tanto el empresario textil como la ex deportista combaten los desafíos del presente con aprendizajes y capacitaciones permanentes. Así le hacen frente a las exigencias de un mundo cada vez más intrínseco pero a la vez “lleno de oportunidades”, como le gusta recalcar al dueño de la firma Key Biscayne. De hecho, Cuño lanzó hace seis meses una línea alternativa, GC 18, enfocada en prendas deportivas que tengan onda y estén a la moda. “Le pusimos un poco de moda al deporte, por ahora la comercializamos en espacios dentro de nuestros locales, hasta que abramos los propios”, explicó.
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Amantes y habitúes de las temporadas punta esteñas, la pareja y sus dos hijos, Gael (3) y Juan, de casi diez meses, se instalaron en José Ignacio el día después de la Navidad. Esta vez no hicieron las clásicas excursiones a Cabo Polonio o La Pedrera, ya que no se animaron a ir “por el chiquito”, en referencia a Juan. Nicolás alternó viajes relámpagos a Buenos Aires por temas laborales, y el día a día en Punta tuvo un hilo conductor de actividades: yoga por la mañana, playa con los chicos y clases de surf para Gael, cuya atracción por el agua es muy elocuente. “Nos quedamos hasta el 31 de enero, después vuelta a Buenos Aires con proyectos nuevos y reinventándonos”, asintió Cuño con referencia a ambos. El buscará implementar mucho de lo que aprendió en un curso de management que hizo con su socio, de donde extrajo herramientas nuevas que le permitan crecer. Entre otros planes para un futuro cercano, proyecta abrir locales de Key Biscayne en el exterior asociado con diferentes inversores. Y Giselle, que a fines de 2018 se recibió de coach ontológico, se asoció con una ex compañera de Las Leonas, María Paula Castelli (46), para armar una empresa que asesora a los deportistas en el terreno emocional. “No nos meternos en la planificación deportiva, sino que aportamos elementos para que ellos logren un equilibrio funcional y estén siempre con la mente clara, enfocándose, concentrándose y disfrutando de lo que hacen. Nosotras tenemos la experiencia de haberlo vivido, por eso es algo tangible para que puedan rendir al ciento por ciento”, explicó la ex defensora de Nautico Hacoaj y la selección.
“Sabemos que se vienen uno o dos añitos que no van a ser fáciles, pero no nos podemos quedar de brazos cruzados esperando que las cosas cambien. Entonces me puse a estudiar como si nunca hubiese aprendido nada, y ver que puedo hacer cada día mejor. Ese es un poco mi lema para este 2019”, confió el empresario, músico, un costado al que también atendió en Punta cuando llegó Charly García (67), y actor, ya que Adrián Suar (50) volvió a convocarlo, como hizo una vez en “Las Estrellas”, para su próxima novela de El Trece.
por Carlos Cervetto
(desde Punta del Este)
F.DE BARTOLO/PERFIL
