Todo es artesanalmente elaborado en el lugar con la más alta calidad. La originalidad, tanto de la decoración ecléctica como de las recetas, son ideadas por Suca Sarlenga, su dueña y mentora. “Entrar a este apasionado lugar es como vivir un cuento de fantasía, colores y sabores que te transportan a Hansel y Gretel o bien a Alicia en el país de las maravillas”, afirman.
Cuentan con una gran oferta de tentaciones, ya sea en chocolates de los más variados en formas y sabores, como la carta para consumir en esos livings de María Antonieta. Además, tienen un gran deck sobre Av. Libertador 15310, para ver y hacerse ver en la famosa avenida de Acassuso cerca del CASI.
Sin sucursales ni franquicias. Ya es un clásico de San Isidro. Un lugar de encuentros, para leer libros de la biblioteca comunal que decora los ambientes y escuchar la música instrumental seleccionada con buen tino. Marcando tendencia, impusieron el brunch desde sus comienzos por el 2006, el que ya los caracteriza junto al “High Tea” (té-cena).
Suca recorre el mundo descubriendo lugares, rincones exclusivos y degustando nuevos sabores. Es así como incorpora creativamente y va a la vanguardia con su chocolatería/casa de té. Vale la pena hacer un “pop-in” para espiar este maravilloso lugar en el que querrás quedarte y disfrutar desde el arte en su fachada interior hasta los toilettes.
“Para la hora del té, nada mejor que el strudel de manzanas tibio con helado de crema, receta que me enseño mi abuela, Dorothea Sacher, o el strudel de pera, bananas y arándanos que aprendí en los sótanos del castillo de Schonbrunn en Viena” sugiere su dueña.
Aunque para los “chocoholics”, la torta pasión y la fondue de chocolate belga son la perdición. Suca, definitivamente, es una mágica experiencia de colores y sabores que vale la pena conocer.
Conoce mas sobre ellos en sus redes de Instagram y Facebook.
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