Durante 14 años Guadalupe Santa Cruz usó su título de profesora en Bellas Artes para ejercer como docente de plástica en colegios. Como a muchos, la pandemia le dio vuelta su mundo y descubrió una pasión escondida: pintar murales. Casi tres años después, su nombre se catapultó y ya pintó más de 130 ejemplares en Argentina y en el mundo.
A pesar de actualmente posicionarse como un nombre que despega en el ambiente de la decoración con murales, esta faceta artística estuvo contenida casi toda su vida. La inquietud de tachar su cuenta pendiente tuvo su puntapié durante los meses de encierro, cuando lo único que veía en sus redes sociales eran murales y eso la motivó a dar el paso que faltaba: con los 5000 seguidores que había acumulado hasta el momento sorteó un mural en su Instagram (@guadasantacruzarte) para hacer su primer intento. El ejemplo que mostraba en la publicación era un modelo botánico que pintó en la oficina de su marido, quien filmó su proceso y resultado final para el posteo. Entre la ganadora y otra seguidora que pidió en los comentarios, uno para ella hizo sus primeros proyectos con clientes.
Con ese portafolio en mano y la difusión casera llegaron las alianzas con marcas. Conoció a las chicas de “Oh My Chalk”, una marca de pinturas de tiza que le dio el material para pintar ad honorem una casa de surf para un emprendimiento que recién nacía. El éxito de ese mural llevó a la marca a recomendarla para una terna en un popular stand de autos en Cariló para pintar un mural gigante en el marco de un evento que reunía a mujeres referentes en su campo de trabajo, y su arte salió seleccionado. Allí conoció a Feli de La Garma, actriz y humorista, que le encargó un mural para su casa y la ayudó a despegar en redes.
Esas acciones levantaron vuelo en sus propias redes y empezó a crear una comunidad que la respaldara, difundiera y demandara su servicio. “Esto me dio un empujón enorme de seguidores y de pronto ya estaba viviendo de eso, se convirtió de sueño en realidad. Agendaba todas las semanas un mural o dos distintos”, cuenta Guadalupe.
Con una mano en las casas y otra en las marcas, rápidamente su nombre empezó a resonar y sus pinceladas llegaron a las paredes de empresas como La Serenísima, Fabric Sushi, Jeep, Iveco y Sofi Martiré, entre otros. Su deseo de que este oficio se convirtiera en su fuente de ingreso empezaba a hacerse realidad. Así fue como se decidió a explorar nuevos mercados. Un viaje programado al exterior la alentó a contactarse con influencers argentinas. Fue así como pintó su primer mural fuera del país y su arte comenzó a conquistar nuevas tierras llegando a Costa Rica y a Guatemala en noviembre del 2022.
Su historial también cuenta con un costado solidario que planea seguir explotando. Además de los trabajos ya nombrados, actualmente participa en un proyecto federal con la ONG Creer para crear en el cual el arte es protagonista, y sueña con concretar una colaboración con “Yes we can world foundation”, una fundación ubicada en Tijuana que recibe a niños inmigrantes.
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Instagram: @guadasantacruzarte