En el siglo XV, Europa atravesaba una de las etapas más oscuras de su historia. La humanidad se enfrentaba a tres crisis concatenadas: la Peste Negra (1347–1353), que había diezmado a un tercio de la población; las guerras interminables —como la de los Cien Años entre Francia e Inglaterra— que devastaron ciudades y linajes; y el Cisma de Occidente (1378–1417), que fracturó la autoridad espiritual de la Iglesia con dos papas enfrentados, uno en Aviñón y otro en Roma, disputándose el alma de la cristiandad.
Era un mundo sin centro. La fé había perdido su eje, la razón estaba encerrada en claustros y la enfermadad y la muerte se instalaban apropiandose de todo… y fué ahí precisamente donde una vez más como las grandes y determinantes historias nos enseñan: la solución jamás esta donde creemos
y la raíz proviene de un lugar cotidiano y conocido, aun que totalmente ignorado.
Tal como nos enseña Ulises que en su viaje de regreso luego de la trágica Guerra de troya
nos dá cuentas de para qué nos enfrentamos a semejantes conflictos y pérdidas devastadoras…

Han pasado casi seiscientos años desde aquel (1450–2025 ≈ 575 años), y el eco de ese tiempo resuena hoy con una exactitud conmovedora. También nosotros vivimos una era de quiebre: crisis ecológicas, guerras silenciosas, desarraigo espiritual, exceso de información y vacío de sentido.
Desde Italia, entre 1450 y 1500 hasta inclusive el mismo sigo XIX el tarot viene HOY a hacerse presente, y es que diversos autores, artistas, escritores nos dejaron evidencia de que utilizaron el mazo de Tarot como Fuente de inspiración en la belleza simbólica basados
en sus formas, imágenes y estética
particular.
El Tarot que Renace hoy es el que nos conecta y posibilita un uso muchísimo más que
inspirativo y adivinatoria, es un oráculo que acompaña el viaje que emprende el héroe
que se anima a leer más alla de simples líneas perceptivas racionales…
Afirma Lucila investigadora, y escritora de este artículo:
Yo puedo dar testimonio de una vida acompañada por la melodía de un oráculo. Desde lugares artísticos y con una belleza sideral, en momentos de krysis y katársis, ante la quiebra, el desamor o la dificultad, he abierto puertas cerradas y he hallado una medicina infalible: la lectura oracular. Mi vida no sería la misma sin la confianza de escuchar lo que el oráculo me proyecta.
El Renacimiento del siglo XV nos enseñó que el alma humana renace cuando se atreve a revelar su sombra y reconocer a qué permanece atado. Hoy, seis siglos después, estamos nuevamente ante ese umbral que hoy nos posibilita: el Nacimiento del Oráculo para Renacer!!!.
Lucila Aro
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IG:@lucilaaro
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