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Solariegas del Parque y El Rancho, poseen un factor en comúny es que ambos están implantados en entornos rodeados de espacios verdes. El primero, es un emprendimiento propio, ubicado frente a uno de los pulmones verdes más importantes como lo es el Parque Sarmiento, de la Ciudad de Río Cuarto, desarrollado en una superficie de 16.000 m2, dentro de la trama urbana. Por aquel entonces era nuestro primer gran desafío, no sólo como negocio inmobiliario sino también en cómo dar respuesta a la necesidad de la vivienda para la clase media, que requería de ciertas características, cuando los créditos para la construcción no eran posibles.
Por esa razón, desde Garraza Thommen desarrollamos un plan con 20 opciones de viviendas, destinadas a personas y familias que necesitaran financiación. Con calidad constructiva y espaciales,buscamos dar seguridad de vivir allí pudiendo volver a dejar la bici en el jardín y jugar con los niños del barrio. Estas fueron unas de las premisas para proyectar, y así surgió este barrio, que responde al concepto boutique.
El mismo, reúne las prestaciones de un country, pero más pequeño: combina viviendas y departamentos organizadas en un predio cerrado, con ingreso único y controlado. En todo momento buscamos proyectar priorizando la luz natural, las ventilaciones y buenas visuales, integrando los espacios verdes como expansión de la propia casa. Más allá del tamaño de la unidad,la pregunta que nos hacemos y condiciona nuestro proceso es:“¿viviríamos allí?”
Mirá el video del estudio:
Desde la vivienda colectiva pasamos a la vivienda individual y es así como nace “El Rancho”, una construcción campera de 36 m2 en el medio de un predio verde. Al límite del tejido urbano, casi en el campo y con un entorno privilegiado,su condicionante era recuperar lo construido, con materiales en desuso que estaban tirados y guardados en un galpón cercano.
En definitiva. había que reciclar y reacondicionar para lograr un espacio cálido y funcional para Luis, un joven jugador de polo que pasa estadías en Argentina y necesita estar cerca de sus caballos. Se incorporaron puertas y ventanas de aluminio negro, que fueron determinante para cambiar el espíritu de ese espacio y expandirlo hacia el paisaje, desde donde se enmarca el gran árbol carolino de 100 años.
También se agregó una galería con postes de quebracho para albergar los mates y el chulengo para el asado sumado a ventanas recicladas que completan los cuatro puntos cardinales. Ellas posibilitan seguir el recorrido del sol desde que nace hasta la puesta.
Es así como la arquitectura puede integrarse con simpleza con esa capacidad de adaptarse poniendo en valor lo viejo con lo nuevo. Hoy se abren grandes interrogantes sobre qué pasará con nuestras formas de vivir y qué cambios vendrán para quedarse en la vivienda. ¿Habremos aprendido en esta experiencia la importancia que cobran los espacios, en la calidad de nuestras vidas y en la salud?
Para contacto: San Martin 1364, 1er piso, oficina 2, Rio Cuarto, Córdoba // Teléfonos +543584203867 - +543584203832.
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