jueves 25 de abril del 2024

Dra. Verónica Molina: la ayuda está al alcance

La psicoterapeuta cuenta con grandes tratamientos y una atención de primer nivel. ¡No te lo pierdas!

La doctora Verónica Molina es medica, psicoterapeuta. Su profesion y su tarea cotidiana es tambien fruto de su proceso personal, es así que cuenta su historia, su amor por la medicina y los valores que intenta transmitir a diario.

¿Qué significa para usted la medicina?

-Para mí el acto medico es un encuentro entre 2 personas que confluyen por múltiples razones, pero motivados por dos cuestiones básicas: una necesidad de ayuda y un deseo de ayudar. La medicina es un instrumento para acompañar en situaciones de vida y muerte, de perdidas, de contextos muchas veces difíciles de enfermedad propia o de familiares o amigos. Es muy importante volver a las bases de nuestra vocación: todos los médicos deseamos ayudar a los que sufren y aliviarles el dolor. Sumar ciencia y humanidad.

¿Cuándo se decidió a ser cardióloga?

-Al terminar la Universidad en Córdoba, no sabía exactamente qué especialidad seguir y decidí hacer primero Clínica Medica o Medicina Interna. Rendí el examen de residencia en Córdoba y entré. Fue un tiempo muy difícil, las exigencias físicas eran enormes, muchas horas de trabajo continuo, no había descansos post guardias y las guardias eran día por medio. Fue un tiempo muy exigido donde en muchos momentos toqué mi límite.

En ese año me entrené en el pensamiento sistémico porque en medicina se piensan los síntomas en relación, así se descubren los síndromes, como suma de síntomas que son aparentemente inconexos pero que luego de ser analizados e investigados tienen un hilo conductor que si se descubre, estamos mas cerca de descubrir su tratamiento.

Al entrenarme en este modo de pensamiento, sin saberlo me estaba entrenando en lo que luego seria también un modo de comprender y analizar los contextos vinculares en las familias que funcionan del mismo modo: surgen conflictos o síntomas en diferentes miembros de la familia que parecen separados entre si, pero luego podemos comprender su naturaleza mas profunda, el patrón de repetición o la identificación que esta en juego.

Fue durante este año de residencia que me interesé mucho por la medicina de emergencias; me gustaba mucho el trabajo en áreas críticas como terapia intensiva y unidad coronaria por lo que decidí hacer la residencia en cardiología y viajé para ello a Buenos Aires y pude luego de otro examen de ingreso entrar al Hospital Alemán.

Durante mi cuarto año de la Universidad yo había estudiado en Aachen, Alemania, todas las materias correspondientes a nuestra currícula, lo que fue de interés para las autoridades del hospital que siempre valoran a los médicos que hablan alemán, y por otro lado en aquella época había cursado en Alemania una formación que no existe aun en la Argentina como tal: Medicina Psicosomática.

Esta materia me intereso muchísimo y fue también a partir de esta experiencia que me decidí a formarme como cardióloga y en simultaneo como psicoterapeuta, estudiando psicoanálisis, terapia Gestalt, Eneagrama, terapia familiar, Constelaciones familiares, terapia del trauma, biodanza y practicando meditación y otras disciplinas corporales como yoga.

Así muy interesada por la medicina tradicional y la psicoterapia durante 20 años fui armando dentro de mí lo que hoy es mi propio modo de acompañar a las personas en sus procesos de vida.

¿Cuál es la satisfacción más grande que tiene como profesional?

-Muchísimas, pero las mas importantes han sido miradas y abrazos de agradecimiento de mis pacientes desde la Unidad Coronaria hasta en mis talleres de hoy, desde personas que han mejorado en su salud o se han curado, a otros que han transitado su enfermedad con otra visión y otra comprensión de esta experiencia.

Recuerdo una paciente que acompañé con cáncer de mama, que hacía su tratamiento y conmigo hacia un proceso en simultáneo. Un día luego de un tiempo le pregunté qué le había enseñado la enfermedad. Ella pensó unos instantes y luego me dijo: "El cáncer me enseñó a vivir, a pensar en lo que quiero hacer, a darle lugar a lo importante, a no perder el tiempo, a no pensar que otro día lo haré, A no dejar temas pendientes. El cáncer me trajo a esta terapia y aquí aprendí a vivir". Como este relato hay muchos que llevo en mi corazón con agradecimiento y cariño.

¿Qué representa para usted la docencia?

-La docencia es para mí un placer y a la vez una responsabilidad. Disfruto mucho de enseñar porque es un gran estímulo para pensar como transmitir esa información de un modo no pasivo, de estimular al alumno a crear, a ser parte de la construcción del conocimiento, a ponerse en juego y de ese modo la información no solo no se olvida sino que es un desafío a buscar mas y mejores modo de comprender y aprender. Mis clases siempre son teóricas y vivenciales, siempre hay ejercicios de exploración para que todos puedan verse en el tema que estamos tratando y no solo pensarse, sino también sentirse y sentir en el cuerpo. Esto no se olvida y dan ganas de saber más.

Por otro lado siento que la docencia es una responsabilidad y una necesidad, de brindar a otros lo que he recibido de mis maestros, que han sido muchos y muy generosos. He aprendido de Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, de su discípula directa con quien me forme durante muchos años también en mi especialización como docente, Tiiu Bolzmann, aprendí de Claudio Naranjo, y de su discípulo Diego Minck,  de Rolando Toro y sus representantes hache Verónica Toro y Raúl Terren, de Joan Garriga, Stephan Hausner, entre tantos otros.

Me forme en Experiencia Somática y en terapia sistémica del trauma. Y hoy después de muchos años de estudio y experiencia creo que los psicoterapeutas deben tener muchas herramientas para poder ayudar, que el desafío de hoy es brindarle a cada persona lo que necesita en cada momento y no adecuar al paciente a nuestro único enfoque, sino ser nosotros quienes podemos abordar la complejidad asumiendo el desafío de bridar una mirada abarcativa y humana.

La doctora es, a su vez, directora del Instituto de Constelaciones Familiares y abordaje del Trauma, lo cual para ella es una gran responsabilidad que le da muchísima satisfacción. “Es un espacio integrativo, donde sumamos abordajes y recursos terapéuticos.

Para mi es muy importante ofrecer asistencia y formación brindando una sinergia de conocimiento. Creo que todo nos aporta y que cuando nos cerramos a una parte en el fondo nos perdemos una gran oportunidad. Si una persona transita una enfermedad y no toma la ayuda medica creo que se pone en riesgo. Y cuando una persona tiene una enfermedad y solo toma la medicina sin revisar lo que pasa en su vida, lo que siente con esta situación y como esto la impacta  también se pone en riesgo.

Somos seres totales, cuerpo, mente, emociones y espíritu y necesitamos atender a todos los aspectos para estar saludables. Mi definición de salud en este sentido es que la salud no es la ausencia de enfermedad, sino es la capacidad de una persona de transitar las situaciones de dificultad o felicidad que la vida traiga, con relaciones interpersonales satisfactorias y encontrando un sentido para su desarrollo personal. En este sentido podemos estar sanos aun cursando una enfermedad o podemos estar enfermos en ausencia de enfermedad”, comentó.

¿Cumplió todas sus metas como médica?

Creo que sí, pero me faltaría la parte social. Siento un gran compromiso con mi país y siento que hay mucho que podría hacer por Argentina a un nivel más global. Me duelen mucho las  necesidades básicas insatisfechas, y no hablo solo del hambre o de las carencias materiales, que desde ya son muy dolorosas, hablo de la carencia de afecto, de respeto, de comprensión.

Y esto no solo se da en sectores vulnerables. Hay tantos niños solos, abandonados en pantallas de televisión, de celulares, de consolas de videojuegos que necesitan que sus padres los miren... Pero esos padres están heridos también y muchas veces no soportan  la demanda emocional de los hijos y estos aparatos resuelven un síntoma de una manera silenciosa sin ser una solución real.

Luego estos chicos traen problemas mayores que hablan de su vacío de afecto o de contacto, de su gran necesidad de mirada y cercanía y aparecen las drogas, el alcohol, la criminalidad. También siento esta vocación que día a día llevo a cabo en mi trabajo con las personas. Creo también que si todos aportamos nuestro granito de arena trabajando con nuestras propias heridas, aportamos a una sociedad más sana y compasiva.

¿En qué lugares atiende?

Actualmente me dedico a la consulta psicoterapéutica, atiendo en mi consultorio particular, tengo grupos terapéuticos y en el área docente doy clase en las formaciones que creé y dirijo de Medicina Integrativa Sistémica y Trauma Sistémico y Colectivo. También superviso a egresados de la formación de constelaciones familiares, y brindo seminarios de actualización en consulta individual con enfoque sistémico, trauma, entre otros.

www.constelacionesdramolina.com

[email protected]

Contacto: 1132913675.

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