¿Tu vida cambiará para siempre una vez que hayas participado en una Constelación Familiar grupal y/o individual?

En el transcurso de las notas te invito a que descubras por vos mismo, las respuestas a estas preguntas.

Empecemos por la primera, porque como bien dijo Bert Hellinger “El amor llena lo que el orden abarca”, y así explayó los 3 órdenes del amor en los que basó su filosofía.

1. La pertenencia: todo aquel que es parte del sistema familiar tiene el mismo derecho a pertenecer. Con esto quiere decir que no importa lo que haya hecho y quien haya sido, si es parte del sistema nadie tiene derecho a excluirlo, a desterrarlo, u olvidarlo.
2. La jerarquía: aquellos que llegaron antes tienen prioridad ante aquellos que llegaron después. Es decir, el sistema va a “sacrificar” a aquel que llegó después para que el que llegó antes tenga su lugar, su honra, su reconocimiento.
3. La compensación entre lo que damos y lo que recibimos: en toda relación, debe haber un equilibrio. Exceptuando en la relación entre padres e hijos incluso entre maestros y alumnos. En este tipo de relación sólo podemos devolver hacia adelante (con nuestros propios proyectos, con hijos, al servicio de la comunidad, etc.) todo aquello que nos fue dado y tuvimos la capacidad de poder tomar. Cuanto más tomamos de nuestros padres, más tenemos para dar.

Dicho esto, podemos continuar tratando de dilucidar si las constelaciones cambiarán o no la vida de una persona. Y la respuesta es sí, rotundamente sí. Más hay ciertas consideraciones a tener en cuenta. ¿Qué estoy buscando en una Constelación? Y lo esencial ¿Espero una curación mágica sin poner nada de mí? ¿Algo que me salve la vida?

La transformación completa llega cuando nos damos cuenta, cuando llega el famoso insight, cuando miramos algo de una manera que no habíamos visto antes. Una Constelación te abre una puerta a algo que hasta ese momento estaba excluido, oculto, borroso, confuso. Pero también y paralelamente te abre la puerta a la humildad, al asentimiento, a la gratitud, a la honra, como primer e indispensable movimiento para comenzar a sanar el alma. Mirar lo que sí hubo y poder asentir que lo que no hubo también nos trajo hasta donde hoy estamos. Y que si no nos gusta donde estamos tenemos una parte de responsabilidad de hacer algo diferente con ellos. Las Constelaciones te invitan a sustituir la queja por la acción, el rechazo por el asentimiento, el reclamo y el reproche por la gratitud de haber recibido el regalo más grande que puede recibir un ser humano.

¿Sabes cuál es?

La vida.

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