A lo largo de su carrera, Maxi Ghione se destacó en ficciones como Montecristo, Botineras y Dulce Amor, consolidándose como uno de los actores más versátiles y carismáticos de la televisión argentina. En diálogo con Héctor Maugeri para +CARAS, el invitado abrió su corazón y habló de una condición que lo acompaña desde niño: la otoesclerosis, una enfermedad que afecta el oído interno y provoca una pérdida progresiva de la audición.
Maxi Ghione y su lucha contra la otoesclerosis
“Desde muy chico tuve otoesclerosis”, contó el actor. “Compromete al famoso caracol, y los huesecillos del oído: el martillo, el yunque y el estribo. A mí me quitaron el estribo y me pusieron uno de platino y teflón del lado derecho”.
Ghione explicó que la pérdida auditiva fue paulatina y que la enfermedad se manifestó entre los siete y los diez años. “Cuando me operé ya tenía una pérdida del noventa por ciento. Es como no escuchar nada”, relató. Esa experiencia, según confesó, influyó en su carácter y su forma de vincularse con el mundo. “Me hizo más introvertido, retraído socialmente”, admitió.
La dificultad auditiva, que llevó con discreción durante años, también fue el origen de uno de los momentos más duros de su carrera. En una recordada emisión de Almorzando con Mirtha Legrand, mientras promocionaba la serie Los machos de América junto a Rodolfo Ranni, Juan Leyrado y Carlín Calvo, Ghione fue blanco de burlas en vivo.
“Fueron palabras que dolieron. Yo quería llorar”, recordó. Los comentarios, que hacían alusión a su sordera y a su dislexia, lo marcaron profundamente. Con el paso del tiempo, sin embargo, eligió perdonar: “Si hoy tuviera que trabajar con ellos, lo haría. Ya tengo la edad que ellos tenían en ese momento”.
Maxi Ghione: “Escuchar el silencio me conecta con lo más profundo de mí”
El actor también habló del tinnitus, un zumbido constante que acompaña a muchos pacientes con esta afección. “Es perturbador, porque el paciente oye dentro de él algo que el otro no oye”, explicó. Aunque la enfermedad lo marcó desde chico, el actor aseguró que la operación le permitió recuperar una sensación invaluable. “Desde que me operé, escucho el silencio. Me había olvidado de cómo era”, dijo.
Hoy, alejado del bullicio de la ciudad y radicado en el campo, el actor disfruta de una vida tranquila. “Voy con mi yegua y escucho el silencio. Eso me transporta a mi infancia, al campo, en Olavarría, donde me críe. Me encuentro con mi papá y con mi mamá, que se murieron muy jóvenes”, mencionó de forma nostálgica.
Sin dramatismos, pero con profunda sensibilidad, Maxi Ghione aprendió a transformar el dolor en sabiduría. “Escuchar el silencio me conecta con lo más profundo de mí”, concluyó con introspección.
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