Este año la Feria del Libro de Buenos Aires recibe a más de cien escritores extranjeros y, sin dudas, la presencia de Arturo Pérez Reverte (63) será de las más destacadas. El miembro de la Real Academia Española ha vendido más de quince millones de libros y mantiene una conspicua relación con la Argentina, donde en sus años de corresponsal de guerra cubrió el conflicto de Malvinas. También es el país en el que cuenta con amigos entrañables como el periodista y escritor Jorge Fernández Díaz. Eximios exponentes del mundo de las letras pero sobre todo dueños de una relación de más de veinte años, ambos tuvieron la oportunidad de presentar sus últimos trabajos en forma mutua: “Hombres Buenos”, de Pérez Reverte fue presentado por Fernández Díaz y “El Puñal”, el último trabajo del argentino, recibió sus elogios de parte del afamado escritor español en la Fería Internacional del Libro de Buenos Aires. El evento se desarrrolló con la presencia de más de dos mil personas, entre las cuales se destacaron los periodistas Alfredo Leuco y Luis Majul, quienes disfrutaron de dos clases magistrales de literatura y análisis de la actualidad.
La relación entre el público argentino y el creador del célebre “Capitán Alatriste” es de larga data y se nutre semanalmente con las columnas que el escritor español publica referida a diversos temas de la actualidad. Sobre su relación con el público y en especial el de la Feria declaró: “Disfruto venir a esta feria ya que si quieres resistir el peligro de aislarte, de hacerte mayor, de encerrarte en tu mundo confortable de escritor que te aísla, es peligroso perder el contacto con el lector y con la gente. De vez en cuando, hay un tipo de lector al que me interesa ver a la cara, hablar con él, tocarlo, ver para quién escribo. Porque, claro, yo no soy un artista. En la Argentina estáis muy, supongo, mal acostumbrados a que todos los escritores son artistas: son escritores sociales que salen en los suplementos de diseño. Pero yo soy un escritor profesional: soy un tipo que vive de sus historias. Tengo un mundo narrativo que voy desarrollando. Y necesito el contacto con la vida real, no con el suplemento cultural. Necesito ver la vida. Y lugares como éste me permiten recuperar ese contacto”, dijo.