El sábado 8 de octubre Victoria Andino se despertó más temprano. Los nervios y la ansiedad del tan especial día que tenía por delante la llevaron a romper con la rutina de sus relajados fines de semana. A las 16 horas debía llegar, de impecable blanco, inmaculada, a la Parroquia de la Virgen de Fátima, en Martinez, para vivir la emoción de tomar su Primera Comunión. Feliz y con los nervios de comenzar las preparaciones para la jornada que tanto soñó, desayunó junto a su mamá, Carolina Prat, su papá, Guillermo Andino, y sus hermanos, Sofía y “Ramoncito”. Súper coqueta y, sin lugar a dudas la más histriónica de la familia, “Vicky” aceptó feliz la propuesta de su abuela Alejandra y de su tía Natalia (la mamá y la hermana de Carolina) y juntas partieron rumbo a la peluquería para comenzar a producirse. Manicure —con uñas limadas y pintadas a la “francesita—, brushing, planchita y peinado semi recogido, fueron parte de sus horas previas de producción. Mientras en su casa se terminaban de ajustar los últimos detalles de decoración y preparación para la reunión que continuaría a la ceremonia religiosa.
La Primera Comunión es una de las celebraciones religiosas más esperadas por las niñas que, como “Vicky”, realizaron su curso de catequesis durante dos años. Allí, además de conocer los valores y las normas de la iglesia, la menor de las chicas Andino aprendió a rezar diariamente a Dios para, como el propio sacerdote le dijo en la misa, participar por primera vez del sacramento de la Eucaristía recibiendo la comunión —el cuerpo y la sangre de Jesucristo—. Con un vestido blanco, realizado en un género especialmente traído desde Portugal (la misma tela que se utilizó para confeccionar su vestido de bautismo), Vicky llegó puntualmente a la iglesia junto a su familia. Sólo faltó “Monchi” que quedó durmiendo su siestita para después poder disfrutar de la fiesta. Sin poder contener su emoción, “Caro” y “Guille” siguieron atentamente toda la ceremonia desde un banco en la cuarta fila. Mientras sus abuelas, Alejandra y Blanca Andino (quien le regaló un baulito dorado en el que guardó sus ahorros), también secaban sus lágrimas en unos bancos más atrás. Con sus manitos muy juntas, entrelazadas, y sus casi transparentes ojos celestes, Vicky sonrió a sus padres al cruzar sus miradas durante la misa. Las palabras del padre “Juampi” ya le son familiares.
“Con Guille nos emocionamos mucho. ¡Yo soy llorona por naturaleza! ¡Mal! Y verla a Vicky frente al altar, nos llenó de emoción. En esa parroquia también fue bautizada, con sólo 6 meses de vida, y fue inevitable que los recuerdos de aquel tan emotivo momento nos invadiera. Además, el padre Juampi es muy especial. Es un cura aggiornado que habla de una manera simple que entienden todos los chicos y les llega al corazón. Vicky estaba muy nerviosa y emocionada, por eso lo único que pude aconsejarle fue que disfrutara de este día tan especial en el que recibiría a Jesús. Le dije ‘hoy incorporás a Dios a tu corazón para toda tu vida’ y así lo vivió”, contó Prat, quien para ese especial día lució un vestido de Carolina Herrera que acompañó con sandalias de Carmen Steffens. Guillermo también se mostró impecable con pantalón y camisa de Etiqueta Negra; mientras el pequeño “Monchi” estrenó saco y pantalón de Armani.
“Somos una familia muy espiritual. Pero no desde una pose. Lo sentimos así. Sofi y Vicky lo mamaron desde muy chiquitas. Y tuvieron una formación marianista. Por eso viven la fe en Dios como algo natural, de todos los días. Victoria sola un día me dijo que quería ir a misa todos los miércoles y así lo hacemos juntas”, repite la emocionada mamá.
Al finalizar la ceremonia, toda la familia se dirigió a “La casa de los suspiros”, el hogar de los Andinos, a festejar junto a los 50 invitados convocados (con los padrinos de la niña a la cabeza, Natalia Prat y Marcelo Lucco). Pero allí Vicky viviría otra gran y emotiva sorpresa. El primer regalo de sus padres y hermanos lo había recibido por la mañana: un Ipod 6 para que pueda sacar fotos y hacer videos que son su pasión. Minutos antes de la 6 de la tarde sonó el timbre y la homenajeada tuvo que abrir la puerta de su casa. Entonces ingresó cantando y bailando su ídola, la mexicana Karol Sevilla (16), protagonista de la serie de Disney “Soy Luna”. “¡Sé quien soy, estoy, buscando algo, donde voy, siempre te encuentro, sigo soñandoooo! Se de ti, estás diciendo algo, donde vas siempre te encuentro, yo seguiré a tu lado, luces que se encienden, crece mi pasión..!”, cantó frente a una niña que no podía reaccionar. “¡Pensé que era un sueño!”, le confesaría después a sus padres. Pero bailes, cantos y fotos junto a su admirada artista, le sirvieron para darse cuenta que todo era real. “Vicky es una nena muy especial. Es súper creativa. Tiene una veta artística impresionante y siente la necesidad de ser el centro de atención del lugar al que entra. Heredó del papá eso de ‘ser protagonista’ donde está, y la parte espiritual, sensible, de querer ayudar a todo el que lo necesite, de mí”, asegura Carolina.
Los invitados degustaron un exquisito catering de Eliseo, con una merienda dulce y salada para la tarde, y variedad de pizzas y un pernil de cerdo que se sirvió por la noche. El parque y el deck junto a la piscina habían sido decorados especialmente por Carolina en tonos blancos. Y la gran torta de comunión y la mesa dulce con chupetones y ricos souvenir, fue un regalo de Maru Botana. A la mitad de la fiesta, Vicky realizó su primer cambio de ropa. Tenía elegidos tres conjuntos para su Comunión (uno regalo de su padrino). Y para bailar con sus amiguitos optó por un conjunto de falda campana y remera con bordes de plumas de Ana Bustos. No hubo regalos, ya que la pequeña pidió que le dieran el dinero para comprarse después algo.
“Fue un día mágico, lleno de emociones, que se extendió hasta las 2 de la mañana. Hora en la que toda la familia, feliz, se fue a dormir”, concluyeron, casi a dúo, Carolina Prat y Guillermo Andino.
por Gaby Balzaretti
Fotos: Eduardo Giménez.