viernes 22 de agosto del 2025
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300 m. cuadrados cubiertos, cuadros en el techo y piscina, así es la mansión de Moria Casán

La actriz posó para Revista CARAS en su espectacular casona ubicada en Parque Leloir, donde comparte su intimidad con Pato Galmarini.

Moria Casán
Moria Casán | Caras

Moria Casán eligió tener su refugio en la reserva ecológica de Parque Leloir hace muchos años. Más de 400 mil árboles cubren las calles sinuosas de un diseño que creó el arquitecto, paisajista y urbanista francés Carlos Thays, lo que le valió a la ciudad el título de “el Cariló del Oeste”.

Y allí fue donde Moria encontró su oasis, su espacio, en una casona de trescientos metros sobre un verde terreno de mil metros cuadrados. Además de árboles que aportan sombra y una suave brisa que se filtra por sus ramas, alrededor de la casa hay plantas, flores, fuentes, un departamento y una gran piscina en la que ella arranca su día cada mañana. También hay perros, como Shayda, que la acompañan por el jardín y que la respetan como la ama del hogar.

Feliz con su presente, la diva posó en su hogar para CARAS y contó cómo es compartir la intimidad con su amor desde hace 4 años, "Pato" Galmarini

MORIA CASAN
300 m. cuadrados cubiertos, mucha parque y piscina: así es la mansión de Moria Casán. Revista CARAS

Cruzar el gran portal de entrada es ingresar al mundo privado de Moria

Un gran living con mullidos sillones negros con almohadones blancos sirven para relajarse frente a una gigante pantalla led que siempre está encendida para no perderse detalle de la actualidad. Un luminoso espacio que remodeló por completo.

Inmensos ventanales dejan que el sol se filtre por cada rincón y le sume calidez a un lugar en el que ningún detalle quedó librado al azar. “Cada ambiente de mi casa está creado como una escenografía. En todos soy yo y los siento perfectos”, asegura La One. convencida de no haberse equivocado.

MORIA CASAN
Estampados de leopardo y cuadros en los techos: así es la casa de la diva. Revista CARAS

Una decoración ecléctica en vibrantes colores: los elegidos de La One. 

Fiel a su estilo, Moria optó para su refugio paredes enteladas en estampados leopardo, sillones colorados, violetas, luces que aportan más tonalidades y hasta una mesa de acrílico con sillas con rueditas que rodean un espacio que tiene toda su atracción en el techo. Allí descansan obras de arte increíbles, como el último cuadro que le envió Humberto Poidomani, Cardinale, “La Maternidad” de Castagnino, Pont Vergés, Nicolás Rubio, y una pintura erótica de León Casiano, entre otras tantas obras, intervenciones acrílicas y esculturas.

MORIA CASAN
Así es la casa de Moria Casán. Revista CARAS. 

—¿Cómo está transitando este momento de su vida?

Yo vivo el momentismo absoluto. Amoldando mi siquis. Desde siempre me fui construyendo. Siento que no he perdido el tiempo, que no puedo hacerlo, y eso me permite no quedarme estancada en ninguna etapa. Me vengo construyendo desde que tengo uso de memoria. Desde pequeña fui como una niña hornero que no paraba de hacer. Y ya desde entonces medito y eso me ayuda. Me acuerdo de que cuando era una niña mi madre me pintaba todo el cuerpo con un pincel con barro y yo no me movía. Me dejaba la piel impecable y yo lo sentía como un escudo protector. Cuando se secaba bien el barro me bañaba con una regadera para sacarme todo. Y después me pasaba leche de almendras por toda la piel. Desde entonces vivo cada momento como el mejor.

MORIA CASAN
La impresionante decoración de la casa de Moria Casán. Revista CARAS

—¿Su vida siempre fluctuó entre luces y sombras?

—Pasé muchas pero muchas cosas duras, pero jamás me instalé en eso. Lo atravesé todo y siempre salí adelante… Tuve y tengo más luces que sombras. Fui una niña abusada y tuve una adolescencia dura con novios violentos, pero nunca salí rota. Y gracias a eso hoy sólo tengo una luz total. Y le sumo la responsabilidad de seguir velando por mi hija y por mis nietos. No tengo poses y eso es la plenitud.

—¿Y de dónde saca tanta fortaleza?

Soy una mujer fuerte, sí. Y la fortaleza la saco de estar reanimándome siempre. Trabajo mi energía. Y después recurro a una gran pirámide de vaselina para protegerme de todo. De las catástrofes naturales, de las no tanto… Leo mucho metafísica y eso te da otra visión. Yo soy mi propio portal. Es un trabajo diario de la mente. Medito mucho, hasta en el escenario, y eso me da porosidad. ¡Me titiriteo! Y los pensamientos negativos los saco sin temblar. Nada perturba mi vi da o repercute en mi salud. Yo no manejo la culpa para nada y por eso nunca, jamás, me enfermo.

MORIA CASAN
Moria Casán combina arte y diseño. Revista CARAS

En pareja con “Pato” Galmarini, Casán habló de sus cuatro años de amor junto al político. 

"Sí, no lo puedo creer… Con él siento compañerismo, que vamos a la par. Me transmite una sensación machista. Somos parecidos pero a la vez no dejamos de ser individuales. Por eso esta etapa juntos fue también de ir aprendiendo… Volver a disfrutar de las cosas simples y espontáneas. Salimos a caminar, nos tiramos a leer… Hacemos todo lo básico en costumbres. Y no vamos por la política. Él sí me enseña de historia y yo le cuento de este mundo del arte del que no conocía a nadie. Somos parte de esta nueva “sylver generation” que famosos del mundo hoy viven como Pamela Anderson y Liam Neeson. Es nuestro nuevo erotismo. Es mantener una relación seria, comprometida, pero sin convivencia", confesó Moria.

MORIA CASAN
Moria Casán.

 —Hoy también está haciendo “Cuestión de género”, en el Metropolitan, junto a Jorge Marrale, ¿Cómo se cuida para estar con tantas energías?

Nado cada mañana y hago una hora de cinta, más veinte minutos de elongación. Cuido mi alimentación. Como bastante pescado y no bebo gaseosas. Sólo agua (entre 2 y 3 litros por día) y jugos sin azúcar. Al medio día puedo comer un omelette, sólo de claras. Frutas, tostadas con mermelada light, ensaladas como de apio y zanahoria. Pero, ojo, también me gusta la comida de olla, o sea un buen pucherito, un guiso, las verduras y las carnes jugosas. Entre comidas tengo mis barritas proteicas o un sándwich de miga de huevo y aceituna. Y cada tres horas tengo que consumir algo; un caldito o un caramelo ácido. Pero el teatro me energiza no me quita fuerzas. Allí siempre me la pasé transgrediendo por eso muchos me tienen como un gurú. Lo fundamental es estar siempre en movimiento. Para parar está el jardín de paz. Y jubilarte es morir, es pasar a ser una no pasiva. Algo que no existe en mi ADN.

Texto: Gaby Balzaretti.

Fotos: F. de Bártolo. 

Agradecimientos: Visual Esthetic Galo Sotto @galosottovip, Zapatos Carmen Steffens, Pucheta Paz, Vestido Javier Saiach, Rosh Moria Own’s, Make Up Galo Sotto, Decolarion @decoracionesgh.