Enfocado en su recuperación, contenido por su familia y con una serenidad que sorprende tras el brutal ataque, Tiziano Gravier (20) contó cómo vivió el episodio de violencia del que fue víctima.
En la madrugada del domingo 5 de junio, el hijo de Valeria Mazza (50) y Alejandro Gravier (59) salía de una disco de Rosario, Santa Fé, cuando recibió dos golpes de puño por parte de dos desconocidos que le pegaron casi sin mediar palabras. El impacto le provocó una fractura de mandíbula con desplazamiento y tras la salvaje golpiza, el joven deportista, que en ese momento se encontraba con Benicio Gravier (17), uno de sus hermanos, debió ser intervenido quirúrgicamente.
“Hoy estoy bastante más tranquilo. Los primeros días fueron los peores, tanto por el dolor como por mi ánimo. Primero porque sentía un malestar tremendo. Yo no sabía pero me enteré después de la operación que la fractura había sido expuesta y que el hueso se había metido dentro de la boca. Y también estaba bastante mal de ánimo, no entendía el porqué de todo. Sentía un poco de bronca y angustia por la situación. Intentaba buscarle una explicación, que no encontraba, porque no había. Fue bastante difícil”, confiesa Tiziano, quien por primera vez habla de lo sucedido.
Tras la agresión, estuvo internado en el Sanatorio Británico de Rosario por 24 horas y, luego, fue trasladado al Sanatorio Austral de Buenos Aires, donde lo intervinieron el miércoles 8. “La operación consistió en una exploración del foco de la fractura mandibular izquierda, reducción y estabilización con osteosíntesis rígida, con mini placas de titanio. Comenzó a las 11.30 y finalizó a las 13.40 horas”, detalló el comunicado de la institución médica.
“Aparte de las placas de titanio que le pusieron, tiene dos tornillos arriba y 2 tornillos abajo y unas gomitas para controlar que no haya movimiento y para relajar los músculos, porque son muy fuertes y tienden a tirar, entonces eso también puede complicar”, amplió luego Valeria.
El hijo mayor de la exmodelo y el empresario, abanderado en los últimos JJ.OO. de la Juventud de invierno, recibió el alta médica el jueves 9, día en que debía viajar a Francia para comenzar con su pretemporada para representar a la Argentina en el equipo de esquí alpino. Por la dieta líquida que debe llevar, Tiziano ya perdió unos seis kilos (todavía lo aguardan otros seis días en esa modalidad) y está bajo tratamiento de analgesia, antibióticos y antiinflamatorios.
“Ya estoy mejor y lo que dicen es que cada día va a ser así. Hoy lo que hace la medicina es impresionante. Por suerte muchos amigos vinieron a verme y la familia me bancó un montón, entonces podría decir que lo peor ya pasó y que me queda ahora la recuperación. Las primeras noches fueron tremendas. Me costaba mucho tragar, no podía comer casi nada y si tomaba los medicamentos me hacía mal la panza. Sentía dolor en la boca, en el estómago y después también tuve fiebre. No podía dormir”, asegura Tiziano.
La noche del ataque, el deportista y su hermano habían acordado un encuentro a la salida del boliche del barrio Pichincha con dos amigas que conocieron en Buenos Aires. A Tiziano sus agresores lo llamaron “Tincho”, una forma de estigmatizar a chicos de clase media alta, para luego propinarle dos tremendos golpes de puño.
Tras ser identificados por las cámaras de seguridad ( un video registró toda la secuencia), y de allanamientos, los atacantes, de 26 y 27 años, fueron detenidos y la Justicia rosarina dictó la prisión preventiva para los agresores, por 90 días, y bajo el delito de “lesiones graves dolosas mediando acto discriminatorio”.
“Lo viví un poco distinto a como se ve en el video. Nosotros nos estábamos yendo, cruzamos la calle. Yo me quedo un metro más atrás de mi hermano. Entonces escucho a alguien a mi derecha que me dice ¨ey Tincho, Tincho¨. Cuando giro la cabeza no me da tiempo ni a contestarle y me como una trompada desde el otro lado y luego otra de ese. En el momento, por la adrenalina, no sentí dolor, pero sí que había sido un golpe tremendo. Mientras siento el impacto y desde un ángulo medio torcido lo único que veo es que los otros dos chicos se le van a mi hermano. Tuve el instinto de sacar a Benicio de ahí. No recuerdo el momento en que le doy la vuelta al auto ( como se observa en el video difundido), pero si que me recompongo y salgo corriendo para empujar a mi hermano y escapar. Fue todo muy rápido”, explica el hijo de Valeria.
“Fue una situación bastante rápida. Al principio no entendía, porque al darme vuelta veo que Tiziano se está cayendo pero no que le habían pegado. Sí que se me vienen. Fue un shock. Por suerte él me pudo rescatar y sacar de ahí. Después fue estar apoyándolo. Tiziano se llevó lo peor. No entendés cómo puede pasar algo así, cuál es la razón y eso lo hace mil veces peor”, reconoce Benicio.
“Corrimos como tres o cuatro cuadras. Lo tenía agarrado a mi hermano hasta que él me avisa que no nos estaba siguiendo nadie. No conocíamos las calles, frenamos en un bar y nos metimos. Ahí ya sabía que tenía la mandíbula rota, mi hermano no porque como estaba delante mío, no vió cuando me pegaron. Pero Benicio sí había escuchado que le gritaron ¨Tincho de mierda¨. Entonces llamamos a mi viejo”, continúa Tiziano.
“¨Vengan porque nos tenemos que ir¨, les dije. Yo entendía que tenía que ir a un hospital. Ya estaba más lúcido y tranquilo y a partir de ahí me acuerdo de todo. En el hospital nos trataron bárbaro. Nunca antes había estado en una pelea o recibido un insulto así”, agrega.
“Despertamos a la hermana de Valeria y ella se comunicó con una íntima amiga, que es la directora del Sanatorio Británico. Por suerte en dos horas, a las siete y media, ya teníamos hechas las radiografías y tomografías computadas. Dentro del desastre, eso funcionó bien, también el actuar de la brigada de investigaciones, a cargo de Carlos Román, el intendente junto con la comuna, y el fiscal, Rodrigo Santana. Hay que confiar en la Justicia. Hoy estamos pensando como familia en cómo ayudar a la gente, en especial frente a casos que no se visibilizan. Pensando en cómo ayudar a la gente para empoderarse y para que denuncien estos hechos, o para que cuando lo hagan no queden en la nada. Porque después tenés casos dramáticos como el de Fernando Báez Sosa, en los que no tenemos otra alternativa que ir a llorarlos. Hay mucho para pensar, construir y mejorar. Hoy fue Tiziano, no el hijo de Valeria, sino Tiziano, pero mañana puede ser cualquier chico argentino que quiere salir y sufre algo como esto”, dice Alejandro Gravier.
“Sí está tipificado penalmente: si vos haces un acto en el que cometés un delito, tenes que ser consciente que eso tiene consecuencias. No es opinable. Es importante decir basta. Hay familias enteras que sufren, ¿Hasta donde queremos ir con nuestra sociedad? ”, se cuestiona el empresario.
“Fue un sacudón emocional tremendo porque el programa que habíamos hecho para el viaje era increíble. A mi abuela (materna) la habían operado el fin de semana anterior y el domingo era su cumpleaños. Decidimos que toda la familia fuera a Rosario, donde no íbamos hace mucho tiempo y desde antes de la pandemia. Llegamos el sábado a la tarde, estuvimos toda la tarde con la abuela y comimos todos los primos. Con los más grandes dijimos vamos a dar una vuelta…al día siguiente teníamos almuerzo con la abuela. Y de repente, pasa todo lo contrario, un bajón tremendo. También fue entender cómo ésto me cambiaba los planes de viajar a Francia, más todo el programa deportivo mío. Estábamos yendo a hacer pretemporada con la Selección, unos 17 días. No solo es eso, sino aceptar que tengo que hacer reposo, descansar. Estoy perdiendo kilos y ritmo. Ahora estoy viendo cómo estar al máximo para agosto”, dice Tiziano, quien se sincera frente a lo que le generó conocer la identidad de sus agresores.
“Yo a ellos no les diría nada. No tengo nada que hablar. Creo que es lo más difícil de procesar para mí. Lo charlamos mucho acá en casa. Yo no quiero revancha, ni quiero venganza…lo único que me preocupa, por toda la exposición que tuvo el caso, es que esto ayude a que no pase más. No soy el primero al que le sucede, ni lamentablemente creo que sea el último. Lo que quiero es que no pase más y que el caso se revuelva al pie de la letra de lo que dice la Justicia. Que sea un mensaje claro de que si es que pasa esto, hay consecuencias. No puede seguir pasando que hagan algo así y sigan con su vida como si nada. Recibí un montón de mensajes de gente que se identificaba conmigo, de chicos que andan con miedo, entre 15 y 30 años y de padres. Entiendo al padre de uno de los agresores que pidió perdón por lo que hizo su hijo, pero una cosa no quita la otra. Me imagino que debe sentirse terrible, tampoco estoy ciento por ciento al tanto de lo que expresó. El señor puede estar recontra arrepentido y eso podría llegar a entenderlo, pero las cosas tienen sus consecuencias y esto se tiene que aprender. Más que nada pensando en qué pasaría si esto le vuelve a ocurrir a otro, sacándome del medio. No es que me pegaron sabiendo quien era, yo podría haber sido cualquiera”, remarca el joven deportista sobre lo acontecido.
“Para mí es una situación que ya pasó. Estoy operado, sé que voy a mejorar y por suerte salí de esa situación que pudo haber sido mucho peor, algo de lo que también estoy consciente. Voy a estar bien, ya sea dentro de un mes o mes y medio, pero una cosa no quita la otra”, afirma.
“Luego de hacer la denuncia hice la declaración entera. La gente de investigaciones vino al hospital de Rosario el domingo. Conté todo. Hice lo que tenía que hacer”, reflexiona Tiziano.
Tiziano Gravier: su vida y recuperación desde el ataque
Tiziano Gravier también contó cómo será su recuperación. “Hoy por hoy sé que tengo las dos placas de titanio en la mandíbula y dos tornillo arriba y otros dos abajo y la boca cerrada. No puedo hablar más que como lo hago, ni comer normal, porque estoy incorporando todo por pajita y a lo sumo con la comida bien bien procesada y con cucharita y muy muy despacio. El lunes 13 tengo que ver al médico. Pero la recuperación me la tomo muy día a día. Más que nada porque las placas de titanio se amoldan al hueso, entonces eso va a quedar, y porque tengo entendido que el proceso es muy personal, depende de cómo se adapte toda esa estructura que tengo a mi cuerpo. Después, lo importante es el tema del impacto, ya que no puedo hacer ninguna actividad que lo genere. Y así debe ser por las próximas dos semanas”, adelanta el joven.
Un antes y un después de esa noche. “Todavía no terminé de entender todo, lo que podría sacar de esto. Creo que me voy a dar cuenta a medida que vaya recuperándome. Pero por lo mediático del caso, creo que puede llegar a servir porque trajo el tema de la inseguridad otra vez sobre la mesa. Ojalá sirva a futuro”, concluye Tiziano, hoy incondicionalmente acompañado tanto por sus padres como por sus hermanos Benicio, Balthazar (23) y Taina (14), con quienes en la tarde del domingo 12 compartió una comida en el restó “Tribu”, de San Isidro. Así, rodeado de sus afectos y con el convencimiento de que su vivencia puede servir para visibilizar y restar a una problemática urgente, es cómo elige pasar sus horas el deportista.