Rafaella Carrá tomó el apellido de su pintor favorito: Carlo Carrà, un exponente del arte futurista al que Rafaella Pelloni, tal su verdadero apellido, admiraba profundamente y era, en parte, inspiración de su carrera artística.
Rafaella fue un furor a fines de los años ´70. Sus canciones eran un éxito donde se las escuchaba. Además de los ritmos pegadizos, ella acompañaba con su baile sensual y rítmico y hasta llegó a confesar que bajaba 2 kilos en cada uno de sus shows.
"03-03-456", "En el amor todo es empezar", "Hay que venir al sur", y "Fiesta", fueron sólo algunos de sus hits que aún se siguen entonando.
Vanguardista, transgresora, indiscutida. A pesar de ser una italiana de pura cepa, Rafaella nació en Bolonia en plena guerra mundial.
SI bien sus comienzos artísticos fueron dentro de la música clásica, tuvo en ese ámbito el primer rechazo nada menos que de su profesora quien le aseguró que no servía para eso. Lejos de amedrentarla, arrojó el tutú lo más lejos que pudo y no dudó en calzarse sus trajes ajustados, con colores estridentes, que la definieron.
Desde pequeña ya sabía qué quería para su vida: libertad. Venía de una generación en la que la "moral" regía el comportamiento y en el que la mujer tenía su espacio más que relegado, anulado Por eso La Carrá sentía una revolución de apertura mental que fue la que le abrió el camino y la que también le generó varios obstáculos.
Inspirada en Sofía Loren, viajó a Los Ángeles y llegó a Hollywood donde tuvo la posibilidad de participar en un filme junto a Frank Sinatra, sin embargo, no se sentía cómoda en ese ámbito, nunca consiguió lograr empatía con los norteamericanos y por eso decidió regresar a Italia donde causó sensación mostrándose con sus cabellos platinados, flequillo y su panza al descubierto.
Fue toda una revolución, que horrorizaba a la iglesia y despertaba un interés desenfrenado en España que en aquel entonces vivía el regimen Franquista. Una vez que finalizó la dictadura en España, Rafaella se instaló en Madrid para hacer su programa "La hora de Rafaella".
Tentada por una importante oferta laboral., al año regresó a Italia para conducir el ciclo "Qué noche", donde desde el inicio del programa, ya daba a conocer su estilo, hablando del sexo sin prejuicio con su tema de apertura en el que decía entre otras cosas: "No hay guerras ni odios cuando las cosas están calientes en el dormitorio".
Rafaella Carrà, referente del amor libre
Rafaella Carrà nunca tuvo miedo de hablar del amor libre, la homosexualidad y de hecho fueron parte importante de su amplio repertorio. Cuando sus éxitos llegaron a nuestro país, regido por un gobierno de facto, se exigió cambiar las letras de algunos temas, como "Para enamorarse bien hay que venir al sur", cuando la letra original dice "Para hacer bien el amor hay que venir al sur".
Su lema era Libertad "es la palabra que te permite vivir "y lo pronunció cuando en Italia se aprobó la ley de las uniones entre personas del mismo sexo. Fue elegida como icono de la comunidad LGBT.
Admirada, amada, respetada y también imitada por la comunidad gay oprimida de aquel entonces a la que ella le abrió puertas y a quienes les dio visibilidad y con la canción "Lucas", donde habla de un novio que la deja y lo ve abrazado a otro hombre, generó un escándalo inusitado para la época.
En la televisión cosechó los éxitos más grandes y, a partir de sus programas fue conocida y amada en el mundo. Un huracán que traspasaba la pantalla. A principios de los años ´80 llegó el éxito que la catapultó: "Pronto Raffaella", un programa con sorteos, números musicales, premios, llamados telefónicos, del que Susana Giménez se inspiró para su "Hola Susana", quien admiraba manifietamente a la italiana. Casada en dos oportunidades, nunca tuvo hijos pero aseguró que cuando tomó la decisión ya era tarde y no pudo.
LP