Alessandro Michele, el nuevo director creativo de la marca que supo reinstalar el culto al logo, volvió a expresar su amor por lo oscuro y abrumador. Esta vez, la pasarela de Gucci Cruise 2019 ha transcurrido en una necrópolis del tipo romana pero que se encuentra ubicada al sur de Francia.
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Se trata de "Los Alyscamps", uno de los lugares calificados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La locación fue el marco perfecto para una colección inspirada en conceptos como la muerte y los símbolos religiosos. Una vez más, como en el MET Gala 2018, la moda y la religión irrumpieron marcando tendencia.
La propuesta de Michele estuvo marcada por tonos rosas, verdes y los accesorios asociados a la religión, como las cruces en chokers de terciopelo, broches brillantes, aros y rosarios, entre otros.
Los vestidos y trajes de dos piezas conquistaron la pasarela. Un romanticismo gótico digno de admirar. Sin embargo, esta no es la primera vez que vemos algo así: desde tiempos inmemorables Dolce & Gabbanna adoptó este tipo de simbolismos como parte de sus colecciones fijas.