La Realeza a nivel mundial siempre despliega el lujo y protocolo en cada uno de sus viajes. Si bien hay detalles conocidos sobre el desplazamiento de diferentes Casas Reales en sus visitas a otros países, poco se sabe de las cuestiones médicas que siguen a rajatabla y que son seguidas actualmente por los reyes de España, Felipe VI y Letizia Ortiz, siguiendo el ejemplo de la reina Isabel II.
Desde el glamour hasta los detalles más íntimos, los viajes Reales están rodeados de una aura de exclusividad y rigurosidad que los hace únicos.
Precauciones Médicas Inusuales: sangre Real y suministros de emergencia
Entre los secretos mejor guardados de la realeza, se encuentra la práctica poco común de llevar consigo reservas de sangre durante sus viajes. Tanto la reina Isabel II como el actual rey Carlos se aseguran de contar con sus propias bolsas de sangre en aquellos países donde el suministro sanguíneo es cuestionable.
Esta medida, digna de un relato gótico, garantiza una respuesta inmediata en caso de necesidad de transfusión, acompañada siempre por un médico de la Marina Real.
Este curioso método fue puesto a prueba también por Letizia Ortiz y su esposo, el rey Felipe de España. En su reciente viaje a Países Bajos, trascendió que la pareja viajó con su suministro sanguíneo y también desplegó un gran protocolo sanitario teniendo reservada una ambulancia y un pabellón en el hospital más cercano.
Una ambulancia al resguardo Real
La seguridad y el bienestar de los miembros de la realeza no dejan espacio para la improvisación. Es por ello que, durante sus desplazamientos, una ambulancia sigue de cerca cada paso de sus majestades, desde el aeropuerto hasta el lugar de hospedaje o los eventos programados.
Este protocolo médico riguroso se complementa con la reserva de una habitación en el hospital local en cada ciudad que visitan, asegurando una respuesta rápida y eficaz ante cualquier emergencia médica.
Gustos personales llamativos
Pero no todo es protocolo y precaución. Los gustos personales de los monarcas también se reflejan en sus viajes. La reina Letizia, aficionada al té kombucha, no duda en solicitar su bebida favorita, el Vichy Catalán con una rodaja de limón, durante sus desplazamientos. Por su parte, el Rey Felipe prefiere mantenerse práctico con un zumo de tomate, una elección que le brinda nutrientes en medio de su ajetreada agenda.
En el caso de los miembros de la Familia Real británica, viajan con su propio alcohol. Desde el Príncipe Carlos, quien siempre lleva consigo los elementos para prepararse un gintonic, hasta Camilla Parker-Bowles, quien no renuncia a su botella de vino tinto preferido.
VO