Según reza el viejo refrán “Donde hubo fuego…” Aunque dicen quienes bien conocen a Jennifer López (51) y a Ben Affleck (48) que a pesar de haber estado 17 años separados, la llama entre ellos jamás se apagó. Por eso desde que se volvieron a encontrar se muestran más unidos que nunca. Como muestra de ese amor, el actor volvió a lucir el reloj cadena de oro con sus iniciales grabadas que la cantante le había regalado en 2002.
“Están locamente enamorados”, confió un allegado que compartió una de las pocas salidas que hizo la pareja desde su nuevo comienzo. Ahora JLo y Ben se refugiaron en la mansión que ella tiene en la privilegiada zona de Bel Air, en Los Angeles aprovechando los lujos y comodidades que ella le brinda y, sobre todo, la seguridad ante las miradas curiosas.
La casona, de estilo californiano, JLo la compró en 2016 a la actriz Sala Ward por 28 millones de dólares. De dos plantas, rodeada por palmeras, fuentes de espejo de agua y césped, cuenta con 5 habitaciones, 13 baños, oficinas, una gigantesca cocina y amplios ventanales que permiten la entrada del sol.
Todo está decorado en tonos claros con amplio dominio del blanco. La suite principal que hoy ocupa la pareja tiene puertas vidriadas del piso al techo con vista al agua. Todo está decorado en blanco con apenas unos pequeños toques de negro en aberturas y escaleras. Sólo la sala principal se destaca por las obras de arte y antigüedades que a JLo le gusta coleccionar.
Además, la mansión cuenta con una gran casa para huéspedes y otra para que se alojen sus músicos en épocas de ensayos. También tiene un cine para 30 personas, mini-golf, un bar bajo tierra, teatro al aire libre para 100 personas, una gran piscina, quincho, amarradero y una huerta orgánica. Así es la que ahora los amigos bautizaron “Mansión Love”, tal como la fotografió el sitio Guacamoily.com