Guillermo Alejandro se convirtió en el primer rey de los Países Bajos en más de un siglo el 30 de abril de 2013, cuando su madre, la reina Beatriz, decidió abdicar en su favor. Aquel día, el pueblo holandés celebró la continuidad de la monarquía y el comienzo de una nueva etapa junto a Máxima Zorreguieta, la reina consorte que conquistó el cariño de la gente.
Cómo fue la coronación de Guillermo Alejandro de Holanda
Beatriz había anunciado meses antes su intención de dejar el trono para dar paso a las nuevas generaciones. La decisión, tomada poco antes de cumplir 75 años, se produjo en un contexto de estabilidad institucional y sin presiones políticas ni controversias. “Ha llegado el momento de pasar la responsabilidad a mi hijo”, expresó en su discurso televisado, con la serenidad que siempre la caracterizó.
La ceremonia de abdicación tuvo lugar en la Sala de Moisés del Palacio Real de Ámsterdam, donde Beatriz firmó el acta que oficializaba el traspaso de poder. Para la ocasión, Máxima lució un vestido color nude diseñado por Nathan, su firma de cabecera, mientras sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane, vistieron atuendos idénticos en tono amarillo pastel.
Horas más tarde, la coronación reunió a autoridades de todo el mundo en la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) de Ámsterdam. Guillermo Alejandro, con una capa de armiño, juró ante los Estados Generales como nuevo monarca de los Países Bajos. Máxima acaparó todas las miradas con un vestido azul klein de Jan Taminiau, adornado con pedrería artesanal y acompañado por la tiara de zafiros. Su elegancia y emoción dieron la vuelta al mundo.
Las celebraciones continuaron con una travesía en barco por los canales de Ámsterdam, donde los nuevos reyes saludaron a miles de ciudadanos vestidos con los colores nacionales. Esa noche, una cena de gala en el Edificio de la Música cerró la jornada. Máxima apareció con un vestido burdeos con detalles de cristales, mientras el Rey optó por un esmoquin clásico.
Aquella jornada selló un cambio generacional y consolidó una pareja moderna y cercana al pueblo. Desde entonces, Guillermo y Máxima de Holanda simbolizan una monarquía renovada, que equilibra la tradición con una sensibilidad más contemporánea.
F.A
Así es la casa oficial de Máxima Zorreguieta y Guillermo de Holanda: más de 400 años de historia y 60 millones en reformas
La historia de amor entre Máxima y Guillermo: el día que ella conoció a la reina Beatriz