Con su simpatía y sencillez, Kate Middleton (40) y William (39) siguen conquistando a los ingleses. Esta vez la duquesa de Cambridge y el príncipe visitaron la ciudad de Blaenavon, en el sureste, y se sumaron a la celebración del patrón de Gales, San David.
Allí concurrieron al centro juvenil Blaenavon Hwb, en el condado de Torfaen, donde fueron desafiados a preparar los típicos pasteles galeses. Un tradicional pan negro con pasas al que suele añadírsela manzanas que, aunque parece simple, no lo es a la hora de su preparación.
Sin dudarlo un minuto, Kate y William se remangaron y comenzaron a mezclar harina con el resto de los ingredientes y luego a amasar. Ante la risa de la duquesa, el nieto mayor de la reina Isabel II (95) le dijo: “¡No juzgues mi trabajo! ¡Esto no es Bake off!”.
Ante las carcajadas de todos, el príncipe aclaró: “¡Hice mi primer pastel galés y es realmente único! ¡Y Kate lo probará!”. Aunque el pastel no levó y terminó muy delgado, Middleton se animó a morder el resultado del debut culinario de su marido.
Luego, como dos granjeros más, visitaron terrenos agrícolas y hablaron con los habitantes que trabajan la tierra y crían animales. La duquesa que ama los animales no dudó en correr tras unas cabras y acariciarlas.
Para esa aventura había elegido muy bien su outfit. Jeans, chaqueta caqui Barbour, botines veganos de Aquatalia Rouge –de 300 euros–, bufanda roja –por ser el color nacional de Gales– y un narciso amarillo –es la flor que simboliza el Día de San David– en el ojal de su abrigo, igual que William. Luego del desafío culinario, la pareja plantó un cerezo en el jardín del Centro del Patrimonio Mundial en homenaje al Jubileo de la reina Isabel.