Hubo pompas y un estricto protocolo aunque no real sino sanitario por el COVID 19. Así fue recibido el presidente francés Emmanuel Macron (42) en su primera visita oficial post pandemia a Londres. Vuelo que, a pesar del cargo que ocupa, pudo realizar gracias a un permiso especial que se le extendió eludiendo la cuarentena en calidad de “Representante de otro país en viaje de trabajo”.
Con la alegría de reencontrarse con gente después de un largo aislamiento en su residencia de Birkhall, el príncipe Carlos (71) y su mujer Camilla Parker (72) dieron la bienvenida al premier galo en Clarence House con la Guardia de Honor de Coldstream a sus espaldas. Macron viajó para conmemorar los 80 años del histórico momento de la alianza franco-británica ante la invasión nazi. Y, mientras todos esperaban su descenso por la escalerilla del avión para descubrir a su mujer, Brigitte (67) brilló por su ausencia. Oficialmente, dijeron que la primera dama no pudo viajar por tener que ser sometida a una intervención quirúrgica en su retina. Y que, por esa razón, se comunicó telefónicamente con la duquesa de Cornualles para transmitirle la disculpa oficial por su ausencia, argumentando que sus ojos no podían esperar.
Sin embargo, algunos periódicos franceses que no quieren mucho a Madame Macron, volvieron a hacer hincapié en que ella cumple con el estricto aislamiento recomendado por su médico personal por tratarse de ser una persona con una edad considerada por los especialistas como de alto riesgo. No así su marido, quien tiene 25 años menos que ella. Sin embargo también él extremó sus cuidados por consejo de sus asesores, más aún teniendo muy presente que el príncipe cumplió con su aislamiento por tener COVID 19.
Por esa razón lo primero que eliminaron de su encuentro fue el abrazo y apretón de manos. Como ya lo incorporaron los protocolos de varias Casas Reales de Europa –Máxima fue una de las primeras en adoptarlo– Carlos y Emannuel se saludaron al mejor estilo de la India, uniendo ambas manos sobre el pecho, con las palmas tocándose y los dedos hacia arriba, y con una leve inclinación del cuerpo hacia adelante, en señal de reverencia. El tradicional saludo “Namaste” conlleva además un hermoso y enriquecedor mensaje. Su traducción sería algo así como “Yo te saludo” o “Yo me reverencio ante ti”, en una clara connotación ética y bondadosa, espiritual y religiosa. El príncipe y el premier galo aunque no son amigos, mantienen desde hace años una muy buena relación que los lleva a que cada reunión entre ellos se distinga por un clima agradable y hasta de bromas.
Macron viajó para la celebración del 80° Aniversario de la alianza de ambos países ante la invasión nazi y en un corto discurso expresó “La gratitud eterna de la República francesa hacia el Reino Unido que entonces se convirtió en un refugio para ellos… Londres inspiró una Francia libre… Y aunque pasaron 80 años no me cabe duda de que trabajando codo a codo seguiremos emergiendo ante cada reto y aprovechando las oportunidades que tenemos por delante”. Luego, junto al Primer Ministro inglés Boris Johnson (56) presidió el desfile de la Patrulla Aérea Acrobática de Francia y de los Flechas Rojas británicos que tiñeron los cielos de Londres con los colores de sus banderas. Siempre respetando la distancia de más de un metro entre ellos, cumplieron con el protocolo y se despidieron ya que Emmanuel Macron dijo que su esposa, Brigitte, lo aguardaba en el Palacio del Eliseo.