Dejando de lado sus diferencias, los príncipes Guillermo y Harry, se reunirán el próximo jueves 1 de julio para inaugurar una nueva estatua especial de su difunta madre, la princesa Diana de Gales, en el Palacio de Kensington, en el que habría sido su cumpleaños número 60.
Desde hace un tiempo se está preparando este momento, y se informó que los hermanos planearon que fuera una gran ocasión en la que asistan un centenar de amigos, ex empleados y simpatizantes de Diana.
Como inicialmente había previsto el primer ministro británico Boris Johnson, si las restricciones por el covid-19 hubieran terminado el 21 de junio, el evento habría sido conforme los príncipes lo pensaron. Sin embargo, debido a la extensión de las restricciones por el coronavirus, para controlar la pandemia que en el Reino Unido limitan los invitados al aire libre, los hermanos se han visto obligados a reducir de manera significativa la lista de invitados.
Se ha informado que se fijará una nueva fecha para septiembre, cuando los amigos más cercanos y queridos de la princesa de Gales, puedan reunirse para celebrar y recordar su vida y legado en una fiesta.
Desde que se ideó, la inauguración de la estatua de Diana se ha retrasado unos cuatro años. La misma es obra de Ian Rank-Broadley, el mismo artista cuyo retrato de la reina Isabel II aparece en las monedas del país. Si bien estaba lista en 2018, se decidió esperar a otro momento para no distraer la atención de la boda real de los duques de Sussex.
En este nuevo encuentro de Guillermo y Harry, supone la primera vez que se verán desde el nacimiento de la hija de Meghan y Harry a principios de este mes, Lilibet Diana, cuyo nombre compuesto hace honor a la reina y a Diana de Gales. La última vez que los hermanos príncipes estuvieron juntos fue en el funeral de su abuelo, el duque de Edimburgo, en abril.
FF