Considerada como una de las parejas favoritas de la corona británica, Kate Middleton y el príncipe Guillermo se vieron expuestos, en los últimos tiempos, a muchos rumores que aseguran que la intimidad entre ellos no es precisamente un cuento de hadas.La infidelidad por parte del duque de Cambridge con Rose Hansbury, quien supo ser la mejor amiga de Middleton y que en la actualidad sufre el "desplante" de la familia real fue uno de los primeros indicios de que las cosas no andaban bien.
Guillermo y Kate se conocieron en la universidad en 2001, aunque comenzaron su romance de forma oficial en 2003. Tras afianzar la relación, en 2007 comenzaron a resonar fuertemente los rumores de casamiento. Con 25 años, al hijo de Lady Di se le notaba que no estaba preparado aún para dar ese trascendental paso, motivo por el cual Middleton decidió ponerle punto final a su amor. "Aunque Kate había indicado claramente que quería un compromiso por parte de su novio, el príncipe Guillermo, según sus amigos cercanos, no estaba tan seguro", asegura el biógrafo experto en realeza, Andrew Morton, en su libro ‘William & Catherine’. Sin embargo, la ruptura no duró más de unos meses y los jóvenes se dieron una nueva oportunidad.
Por otro lado, la publicación asegura que el círculo íntimo de la duquesa de Cambridge estaba en total desacuerdo con que mantuviera una relación con el monarca. “En abril de 2007, cuando Clarence House le hizo saber al mundo que la relación de amor entre Guillermo y Kate había terminado, algunos de sus amigos no derramaron ni una lágrima", explica. "Durante el tiempo que salió con el príncipe Guillermo, Kate hizo que muchos amigos se enojaran porque no hacía el esfuerzo de verlos", reveló al autor una fuerte anónima.
Además, Morton sostiene en su libro que muchos de los amigos de la hoy duquesa, consideraban que el príncipe Guillermo la trataba más como una sirvienta que como una novia. Si bien no hay pruebas fehacientes de que esto fuese cierto, la ya mencionada crisis devino en el matrimonio de los duques en 2011, en la abadía de Westminster.
Desde entonces, los trascendidos sobre que entre ellos "las cosas no están bien" no paran de surgir. Sumado a las imágenes que vieron la luz de Guillermo hablando muy animadamente y cerca de la ex mejor amiga de su mujer. Sin embargo, la pareja se encarga de mostrarse compinche y enamorada en los actos públicos a los que asisten. Después de todo "la sonrisa es la que queda en las fotos" y los problemas se resuelven puertas para adentro.