Un nuevo escándalo se suma al fuerte cimbronazo entre Meghan Markle y el príncipe Harry y la Familia Real.
Parece ser que es casi un hecho que la pareja decidió no volver a vivir en el Reino Unido y quedarse, posiblemente, en la isla de Vancouver, en Canadá, donde actualmente están instalados. A pesar de que en un principio aseguraron que su residencia sería dividida entre ambos sitios, ahora se cree que la pareja dejará Inglaterra definitivamente: ya cerraron su oficina en el Palacio de Buckingham y despidieron a sus quince empleados.
De acuerdo a una fuente cercana a la pareja, los despidos ocurren porque Harry y Meghan ya no necesitan una oficina en el Palacio de Buckingham: “Si bien los detalles aún se están finalizando y se están haciendo esfuerzos para redistribuir a las personas dentro de la casa real, desafortunadamente habrá algunos despidos”, dijo el informante al Daily Mail.
“Tenemos la intención de retirarnos como miembros de primer rango de la familia real y de trabajar para adquirir independencia financiera, sin dejar de apoyar plenamente a Su Majestad la Reina”, había anunciado la pareja a principio de año, creando una verdadera grieta en la monarquía británica y alejado a Harry de su hermao William, quienes venían de tener varios desacuerdos en los últimos meses.