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Meghan Markle y el Príncipe Harry se mudaron a la residencia de Frogmore -regalo de bodas de la Reina Isabel II- al poco de tiempo de haber contraído matrimonio y antes del nacimiento de su único heredero, Archie Harrison Mountbatten-Windsor.
La pareja decidió hacerle algunas remodelaciones a su hogar y, tras anunciar cuánto dinero habían destinado en la obra (£ 2.4 millones) las críticas no tardaron en llegar. Las reformas fueron sufragadas por el Sovereign Grant, que son los fondos públicos con los que se financia la realeza. La grotesca cifra fue catalogada como "mantenimiento de palacios o sueldos de personal", lo que enojó a los contribuyentes. Sin embargo, parece ser que las decoraciones más particulares y algunos "lujosos" accesorios fueron pagados con el dinero personal de Meghan y Harry.
A pesar de este detalle, lo que no pasó desapercibido fue el gasto voluptuoso que hicieron en una bañera, hecha íntegramente en cobre. Según se pudo saber, la construcción llevó más de 120 horas de trabajo. Este objeto lo hizo William Holland, una casa de diseño sumamente exclusiva y que se encuentra entre las más top del mundo.
Otro gustito que se dio la duquesa de Sussex fue el de pintar su morada con un excéntrico producto, fuera de lo habitual: Meghan eligió una pintura para las paredes que es libre de toxinas, es decir, ecológica. Dicha decisión fue avalada por la diseñadora y amiga de la ex actriz, Vicky Charles. Y según aseguran las malas lenguas, todavía la realeza quiere reparar algunas cosas más de la propiedad.
Michael Stevens, encargado de la gestión de las cuentas de la corona, justificó en una conferencia de prensa la millonaria cifra que se ocupó de los bienes públicos y dijo: “Las infraestructuras obsoletas fueron sustituidas para garantizar el futuro a largo plazo de la propiedad”.
El hogar es una casa de campo, construida en el siglo XVII, ubicada a una milla del castillo de Windsor. Su nombre fue en honor a la cantidad de ranas que hay en la zona.
En su momento se construyó para la esposa de William IV, la reina Adelaide. Y en el año 2015 la casa fue completamente renovada aunque mantenga su estilo tradicional.
