Compartí esta nota
En la cultura argentina, el café es un ritual cotidiano, pero el café torrado, elaborado con granos tostados con azúcar, suscita dudas. Sin embargo, es esencial conocer que este proceso transforma el azúcar en caramelo, reduciendo su aporte calórico y su capacidad de endulzar. Al explorar la historia y la técnica detrás del café torrado, se revela un legado cultural que perduró a lo largo de los años. Este método, que llegó con los inmigrantes españoles en el siglo XIX, se ha consolidado como una tradición apreciada en el país.
Cuál es el mito del azúcar en el café torrado
Uno de los mitos más comunes es que el café torrado contiene grandes cantidades de azúcar. A pesar de esto, la ciencia demostró que, durante el proceso de torrefacción, el azúcar pierde su capacidad de endulzar y su aporte calórico se reduce drásticamente al convertirse en caramelo. De hecho, en una taza de café torrado, el contenido de azúcar residual es menor a 0,1 gramos, lo que representa una cantidad insignificante (casi 60 veces menos que un sobre de azúcar estándar).
La calidad de los granos en el café torrado
El Código Alimentario Argentino regula estrictamente la calidad y el proceso de producción del café torrado, asegurando que los granos utilizados cumplan con estándares internacionales (se fija según la Tabla Oficial Brasileña, referencia mundial para la clasificación de café) y que la adición de azúcar se haga dentro de los márgenes aceptables.
El café torrado en otros países del mundo
Aunque surgieron, por estas latitudes, versiones de que el café torrado está prohibido en otros países del mundo, esto no es más que una ficción. Por ejemplo, el café de torrefacción se comercializa en varios países de la Unión Europea (con los más estrictos códigos alimenticios en vigencia) como Alemania, España, Portugal y Francia, en donde también se regulan los niveles de azúcar que puede contener y la calidad de los granos utilizados en su producción.
Café torrado: un estilo de vida saludable
El café tiene varios beneficios para la salud que no son ampliamente conocidos, pero que pueden tener un impacto significativo en el bienestar general. Contiene más de 1000 compuestos, entre ellos vitaminas, minerales y cafeína, que juntos brindan múltiples beneficios para la salud. Entre estos, destaca su potente acción antioxidante, que protege al organismo del daño causado por los radicales libres, responsables de la degeneración celular.
Gracias a este efecto antioxidante, el café puede ayudar a retrasar el envejecimiento celular y a prevenir enfermedades degenerativas. Además, el consumo habitual de café ha sido vinculado a una reducción del riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad y la depresión. Esto se debe a compuestos presentes en el café, como la cafeína, el ácido clorogénico, el magnesio y la trigonelina, que contribuyen a disminuir la resistencia a la insulina y a combatir la inflamación.
Es cierto que el café torrado, como cualquier otro tipo de café, debe ser consumido con moderación. Aunque su aporte calórico es mínimo, es esencial combinar su consumo con hábitos saludables. Mantenerse hidratado tomando agua, practicar actividad física y asegurarse de descansar lo suficiente son claves para que el consumo de café sea parte de un estilo de vida equilibrado.
Disfrutar de una taza de café torrado puede ser parte de una rutina diaria, pero no debemos olvidar que un equilibrio general en nuestra dieta y estilo de vida es lo que verdaderamente garantizará nuestro bienestar físico y mental.
