La época no es de “alta temporada” en lo que a polo refiere, pero eso no lo inhibe de estar “al pie de cañón” en el día a día. Empieza Junio en Buenos Aires, y aunque el olorcito a polo de alto hándicap recién se perciba entre octubre y diciembre, para Pablo “Polito” Pieres (31) no es momento de relajación.
Refugiado bajo la protectora y sofisticada aúrea de ese magnífico predio llamado Ellerstina, uno de los diez polistas argentinos con diez goles de hándicap ajusta su preparación con vistas a una nueva temporada británica.
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Es un lunes soleado de otoño en General Rodríguez, y “Polito” llega a su segundo hogar para probar nuevos caballos y entrenarse a las órdenes de su personal trainer. “Si bien ninguno tiene horarios hay que estar en las caballerizas, aunque sea tomando mate o mirando a los caballos. Yo paso gran parte de mis días acá, y si no hay prácticas o taqueo juego con los chicos al golf o a las cartas, pero hay que estar. El polo es mi trabajo y ocupa bastante tiempo de mi vida, ya tengo 31 y le estoy poniendo más dedicación a mi estado físico. Hace seis años atrás no entrenaba ni la mitad de lo que lo hago ahora, mi personal viaja todo el año conmigo y le damos mucha bola a la alimentación”, relata enfocado en lo que se vendrá.
“Ahora se vienen dos meses en Inglaterra y después uno en Saint Tropez, hasta que en septiembre arrancamos a preparar la Triple Corona. La mayoría de los polistas viajamos siete meses al año para ganar plata y después gastártela en Palermo, sobre todo en otros equipos con menos estructura y donde se hace todo a pulmón”, explica uno de los baluartes de Ellerstina Johor, el cuarteto que con La Dolfina monopolizó las últimas finales del torneo más prestigioso del mundo, el Abierto Argentino.
Acorde con el nivel ascendente de sus últimas temporadas, el 2017 gratificó a “Polito” con recuperar los diez goles de hándicap. Un dato no menor que lo estimula en ese deseo afín a todo polista, que es el de consagrarse en Palermo: “Es un sueño que tengo de chiquito, y que el año pasado estuvimos muy cerca de concretar. La Dolfina es como una selección, es muy difícil ganarles, y nosotros los tuvimos ahi, en un chukker suplementario que pudo ser para cualquiera. Yo creo que todo pasa por algo, por eso hay que seguir aprendiendo, meterle para adelante y nunca abandonar. Fijate que en Ellerstina venimos perdiendo cuatro finales de Palermo seguidas, y lejos de separarnos o disgregarnos, seguimos todos unidos y nadie aflojó. Los cuatro nos bancamos a muerte, y hay mucha gente atrás nuestro que también nos banca. Eso lo destaco por sobre todas las cosas, seguimos juntos y volveremos a apuntarle a los tres torneos”.
–Por su carisma y forma de ser, se lo suele etiquetar como un polista “distinto”. ¿Se siente realmente así?
–Un poco sí, pero creo que es porque la mayoría de los que juegan están casados y con dos o tres hijos, y ahí la cosa cambia. Al estar soltero por ahí me muestro más en las redes, y si alguno me critica no me inhibe ni me asusta. La vida del deportista de por sí es rara, cuando ganás sos un crack y si perdés es porque salís de joda o por lo que sea. Son las dos caras del deporte, yo me enfoco en mi familia y en saber bien quién te banca cuando ganás y cuando perdés. Tengo una familia linda y sana que me respalda.
–Soltero, ¿Con o sin apuros?
–Si me lo preguntabas hace dos o tres años te respondía que quiero seguir solo, Pero hoy quizás la cosa sea distinta. Viajo mucho y se me hace difícil conocer a alguien, y si ahora me llego a poner de novio, ya pensaría en casarme o en formar una familia. Viajando tres meses para acá y dos para allá es complicado que alguien te siga, y eso fue un poco lo que me pasó con “Calu” (Rivero; 31). Ella tenía su carerra y yo la mía. Y así se nos hacía muy difícil...
–¿Qué recuerdos le quedan de “Calu”?
–El tiempo que estuvimos juntos fue buenisimo, pero a lo último cada uno quería seguir con lo suyo y nada... Tengo muy buenos recuerdos de ella, es una chica divina, linda y con una familia muy parecida a la mía, por eso nos llevábamos tan bien.
–Cómo ex pareja de ella, ¿tiene alguna opinión de lo que pasó con Juan Darthés (53)?
–Fue un tema fuerte y está bueno que lo cuente, pero no me voy a meter porque no lo conozco a él y no soy polémico, prefiero dar mi opinión en privado. Por mi parte, no puedo decir nada malo de “Calu”.
–¿Le molesta que lo tilden de mujeriego?
–No, yo les contesto que estoy soltero, y que el día que me case me portaré bien. Ya estuve mucho tiempo soltero, asi que no me importaría casarme ahora y formar una familia. Por ahí, a los que se casan temprano les pasa al revés. Así que si me dicen mujeriego les digo “buenísimo”, yo llevo una vida sana y tranquila, disfrutando y saliendo con amigos.
–Y a los que sostienen que el polo es un deporte aburrido, ¿Qué les contesta?
–Muchos dicen que por ahí ver un partido es aburrido, pero yo nunca llegué a ver entero un partido de basquet o de tenis, me parecen aburridos... Así que todo es muy relativo, por suerte los nuevos dirigentes del polo estan haciendo muchos cambios para acercar a la gente. Sobre todo hay que perderle el miedo a las redes sociales, porque hoy todo pasa por ahí.
por Carlos Cervetto
Fotos: ERNESTO PAGES
Agradecimientos: Santiago Garrahan,
Mercedes Benz, Etiqueta Negra.