Su mirada lo dicen todo, Soledad Fandiño (36) es feliz y tiene una alegría que desborda y contagia no sólo a Nicolás Villalba (32), su pareja de baile para concursar en “Bailando por un Sueño 2018” sino a todo aquel que está a su alrededor.
Después de varios años viviendo en el exterior, cuando estaba en pareja con el cantante y ex “Calle 13”, René Pérez (39), quien es padre de su hijo, Milo (4), la actriz, considerada una de las más bellas de la Argentina, regresó a Buenos Aires a vivir aquí con su pequeño y no imaginó que su futuro inmediato estaría en una pista de baile y no en un set de grabación.
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“La verdad la propuesta llegó en un momento justo, tenía muchas ganas de bailar y de hacer cosas en la Argentina. Yo ya había estado en un “Bailando…” creo que en 2007 y siempre tuve el mejor recuerdo de esa experiencia”, relata entusiasmada. Aunque reconoce que se siente un poco “pata dura” para el baile dice que va por todo y que el hecho de ganar la motiva en cada ensayo. “La verdad es que no tengo un don especial para el baile pero siempre me gustó aunque soy medio pata dura. Estoy muy agradecida al equipo que tengo, al coach Hernán Alegre y a mi compañero, Nico que son personas y profesionales increíbles. Me tienen mucho aguante.”, asegura.
Sole baila por el sueño de 42 chicos, alumnos en edad escolar de la comunidad Mbya guaraní Itá Poty Miri de Puerto Iguazú, Misiones. “Ellos quieren seguir estudiando y necesitan poder hacerlo en un aula con paredes, techo y en buenas condiciones, no a la intemperie como lo hacen ahora. En estos momentos tienen un aulita que construyó la comunidad porque la escuela les queda muy lejos y no hay manera de llegar. El lugar está hecho de caña y de paja, no son condiciones para estudiar . Y los chicos quieren seguir aprendiendo. Lo único que piden es tener un aula satélite para formarse y necesitan un techo y paredes. La institución que está detrás de nuestro sueño es Forjando Lazos”, dice la actriz que luce más linda que nunca y con un físico privilegiado tras haber sido mamá.
“Voy a bailar con el corazón. Lo voy a dejar en la pista cada vez que me toque salir a escena”.
Por Federico Levin