Con el amor de una madre primeriza, lo recuesta sobre la pequeña cuna que lleva almohadones grabados con su nombre, "Gennaro" y cuenta: "Cuando nació, los médicos dijeron que era un bebé de manual: no llora, duerme muchas horas de corrido y se porta bárbaro". Lorena Ceriscioli se convirtió en madre por primera vez a los 40 y asegura que "Gennaro vino de sorpresa" y mientras su pareja desde hace cuatro años, el empresario gastronómico y ex rugbier, Juan Pablo Ramognino se ocupa del pequeño heredero ella se entrega a una charla íntima con CARAS. "Quedar embarazada fue algo mágico, una bendición. Todos los días me levanto y agradezco que esté en mi vida. No imaginé que sucedería naturalmente. Venía desde hace años con un problema de salud. Tenía una endometriosis y unos miomas. Y una talacemia, que es una anemia hereditaria. Y tras varias operaciones, los especialistas no encontraban una solución a lo que tenía. En medio de todo eso, me decían que ni con una fecundación in vitro iba a poder ser madre. Hasta que me traté con el doctor Claudio Ruhlmann y pude quedar embarazada pero lo perdí a las 8 semanas". Cuando dejó de intentarlo, la vida le regaló un milagro: "Cuando el médico me dijo que estaba embarazadísima no lo podía creer. Desde que conocí a Juan soñamos con formar una familia y ahora quiero tener 5 hijos más. Gennaro fue milagroso, tenemos una conexión muy profunda”, concluye.
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