Fueron la pareja del año que se extingue... Pero no conformes con eso, en el 2017 van por más. Y que mejor manera de terminar un 2016 que los marcó a fuego que compartir unas íntimas vacaciones en Punta del Este, esa ciudad en la que Pampita escribió tantísimos capítulos de su vida personal. Después de festejar la Navidad con sus familiares y seres queridos, Juan Mónaco (32) y Carolina Ardohain (38) pusieron proa a la costa uruguaya en pos de unas vacaciones soñadas, sin nada que los perturbe. Ya se habían ocupado de alquilar una casa acorde con sus pretensiones en la zona de “La Boyita”, y la modelo logró combinar con el padre de sus hijos, Benjamín Vicuña (38), que después de pasar la Navidad con su madre en Buenos Aires, Bautista (8), Beltrán (4) y Benicio (2) permanezcan bajo la tutela del actor chileno hasta fines de enero.
La emblemática Punta no los recibió con el mejor de sus climas, ya que las nubes y la humedad se complotaron para que el lunes 26 no sea un día de playa. Pero la vida social en el Este nunca perece, y así fue que la pareja comenzó su veraneo yendo a almorzar a La Huella, en José Ignacio. Un programa ineludible para cualquier celebrity que desembarca en Punta, y al que ellos recurrieron como buenos pioneros de la temporada.
Cuando terminaron fueron a comprar provisiones al almacén “Manolo”, también en José Ignacio, un lugar al que Pampita adoptó como su preferido el año pasado a la hora de hacer las compras. El regreso a casa por la Ruta 10 fue tranquilo, y al rato nomás de llegar se pusieron ropa deportiva y enfilaron hacia la playa, a la cual acceden directamente desde su nuevo hogar. Sin más testigos que la arena y el mar, salieron caminando de la mano con dirección a Manantiales. Y fue en plena caminata cuando CARAS los descubrió. Imágenes exclusivas de un paseo íntimo en el que hubo trote, elongación, abdominales y abrazos de esos que delatan un estado de plenitud amorosa. Tomados de la mano descubrieron entre la maleza al fotógrafo, y “Pico”, ahora acostumbrado a ser perseguido a sol y sombra, respondió con un cálido pulgar para arriba. Es que nada ni nadie puede perturbar una feedback cómplice y de pleno entendimiento, ese que Pampita demuestra con su sonrisa marca registrada.
Fuera del Abierto de tenis de Australia por decisión propia, “Pico” apostó fuerte a un verano sin tantas responsabilidades y enfocado a sus sentimientos. Con Pampita tienen el camino allanado para reescribir sus destinos, y hasta la leve brisa que despejó las nubes y le abrió paso al sol les dio un guiño de complicidad. En el frenético carrusel que propone la temporada, tienen todos los planetas alineados para sacarse la sortija...
por Carlos Cervetto
(desde Punta del Este)
FOTOS: F.DE BARTOLO/PERFIL