Fue allá por 2008 que, en una fiesta en casa de Jorge Brito (h), sus miradas se cruzaron por primera vez y un fuego se encendió. Pero ambos sabían que no iba a ser un amor fácil. Y todos pensaron que la relación entre Eduardo Celasco (51) —ex de “Mecha” Sarrabayrouse, hija de Susana Giménez— y María Victoria “Vito” Rodríguez (32) apenas iba a durar unos meses y la pasión se extinguiría. Sin embargo el amor se fue afianzando, mutando y creciendo. Cada año con un paso más hacia un futuro que, como toda pareja de enamorados, comenzaron a planificar juntos. Así conformaron su primer casa en Mar del Plata, en donde ella vivía con sus padres Alberto y Mirta y su hermana melliza Soledad. Fue frente a las tradicionales barrancas del Parque San Martín en donde compraron el departamento que se convertiría en su hogar. Recién en 2012 pudieron vivir su amor más libremente, ya sin importarles las miradas con recelo. Y siempre soñando con prolongar ese sentimiento en un hijo. “Eduardo es el amor de mi vida”, aseguró, desde que lo conoció, Vito. El prefería el silencio. Acompañarla. Abrazarla y contenerla. Pero también mantener una buena relación con sus hijos, Lucía (22) y Manuel (20). Con sus vidas ya ordenadas y unidas en el trabajo —juntos abrieron dos locales de ropa de multi-marcas ubicados sobre las calles más fashion de Mar del Plata—, sólo les faltaba concretar el sueño del hijo. En octubre de 2015 volvieron a rondarlos los fuertes rumores. Pero esta vez ya no eran de boda secreta como en anteriores ocasiones. En esta oportunidad se aventuró que por fin la pareja estaba esperando su primer bebé. Dentro de su más íntimo círculo se hablaba de la inmensa felicidad que estaba viviendo Vito, a pesar de los molestos síntomas que le producía el embarazo. Y, mientras todos los diciembre partían a recibir el nuevo año a exóticas playas del Caribe, esta vez optaron por instalarse en Punta del Este. Como siempre acompañados por su inseparable mascota Jack Russell, concurrieron a las principales fiestas del verano y disfrutaron de la playa en Las Dunas. Sin embargo Vito ya no volvió a mostrarse con sus pequeñas bikinis. Optó por sueltas túnicas que no denotaran su incipiente pancita. El secreto a viva voz entre sus amigos es que están embarazados de tres meses pero esperan cumplir el plazo para oficializar la noticia. Hoy, felices, viven el sueño hecho realidad de esperar un hijo fruto del gran amor que los une.
Ernesto Pagés.