Corren por el frío y blanco paisaje sin sentir las bajas temperaturas que paralizan a quienes las miran sorprendidos. Son inquietas y divertidas. No paran un minuto. Y cada nueva propuesta la toman como un verdadero desafío a vencer. Sin dudas, las mellizas Charis y Bella (4) y Francesca (3) heredaron toda la garra y la pasión de su madre, Cinthia Fernández (28). Para ellas no hay imposibles.
Con la misma energía emprenden cada paso que dan en su vida. Son cuatro mujeres fuertes y eso se adivina como el gen que distingue a la familia. Como buena mamá siempre preocupada y atenta a sus niñas, Cinthia decidió cumplirles el sueño de conocer la nieve. Con cuatro maletas repletas de abrigadas camperas, pantalones, botas y hasta trajes de baño para también experimentar la piscina con agua templada, emprendieron el vuelo rumbo a Valle Nevado.
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Un verdadero paraíso de nieve, a 35 kilómetros de Santiago, la capital chilena. Allí, en uno de las más nuevos centros de sky, ubicado a más de 3 mil metros de altura, en plena cordillera andina, desembarcaron las cinco mujeres —ya que también viajó la abuela materna, Joanna—.
Mucho cambió la vida de ellas desde que, en el verano, Cinthia se separó del futbolista Matías Defederico (29), luego de siete años de amor con idas y vueltas. Sin embargo hay algo que continúa intacto. Y es la alegría. La entrañable relación que mantiene la madre con sus pequeñas.
“Es increíble pero están tan grandes que esta vez fueron ellas las que decidieron el lugar de las vacaciones. Yo hubiera querido ir a una playa, sin embargo me sorprendieron un día diciéndome que querían conocer la nieve. Empezaron a torturarme cada mañana después de ver un capítulo del dibujo animado de “Peppa Pig” en la nieve. Y como yo no les puedo decir a nada que no, aquí estamos…”, cuenta Cinthia mientras sus hijas se tiran y ruedan por la nieve.
Alojadas en el “Hotel Puerta del Sol”, cada mañana disfrutan de un rico y humeante chocolate, alguna medialuna y muchas frutas para la bailarina, antes de dirigirse al Jardìn de Nieve donde las cuatro toman clases con un instructor especial para ellas.
“¡Son unas indias! ¡No tienen miedo a nada y siempre me sorprenden! El primer día fuimos a la escuelita de esquí y yo pensé que no se iban a animar a hacer nada. Pero de repente las miro y ya se estaban tirando solas… Casi me muero de la emoción”, cuenta Cinthia sorprendida con la energía de sus hijas. Que hacen todo juntas pero a la vez se divisan como muy independientes.
“Charis es la de carácter más fuerte y es la más parecida al padre. Siempre se muestra dura, como con una coraza, pero termina siendo la más blanda de las tres. También es súper dulce y dócil. Hace caso a todo lo que le digo. Es muy graciosa y paciente. Si tiene que esperar, no se vuelve loca. Y si me ve mal, enseguida se da cuenta y me viene a mimar”, asegura la menuda mujer.
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Y, casi sin pausa, se encarga de describir a la otra melliza. “Bella es todo rosa. Una princesita que es todo ternura. Es buena, súper sensible. Está siempre como una muñequita. Muy coqueta y bien nenita. Aunque a la hora de los juegos se transforma y es como un varón. Pero hay algo en ella que me enternece y es que muere por su hermana melliza. La defiende todo el tiempo. Y es súper charlatana. Pregunta todo y hay que explicarle bien cada cosa. Para mí es como una mini Cinthia genéticamente. Porque siente y le gustan las mismas cosas que a mí. ‘Franchu’, a diferencia de ellas, rompió todos los moldes. Es la más chiquita pero a veces parece como si tuviera 20 años. Para mí que tiene un chip ultrasónico. Ella lo sabe todo y sino, pregunta. Es curiosa y todo lo fija en su memoria. Creo que es la más complicada por su curiosidad permanente. Pero también pienso que son etapas y ella está transitando una maravillosa”, cuenta como una orgullosa mamá. Y, cuando se trata de ahondar en su presente sentimental, Cinthia Fernández no esconde nada.
“Obviamente mi vida cambió mucho desde el año pasado. Y hoy siento que estoy aprendiendo a vivir con esos cambios. Trabajo el doble de lo que lo hacía antes porque soy el sostén de mi casa y de mi familia. ¡Soy mamá y papá las veinticuatro horas del día. Hago el doble de las cosas que hacía antes y, por lo tanto, me tengo que dividir muchas veces en mil. Pero todos somos animales de costumbres y terminamos amoldándonos a todo. Corro todo el día de un lado para el otro… Tengo que trabajar para mantener a la familia y estoy como notera de “Involucrados” y ya arreglé para el “Bailando”. ¿Teatro? Terminé con “Mahatma” y no voy a hacer nada más”, explica sin embargo esquivando lo que involucra su corazón.
“Mi presente sentimental está muy bien. Estoy en la etapa de conocer a alguien y no quiero ponerle ningún título. No me gusta eso de llamar pareja, novio o no sé qué… Hace dos meses que estoy con Martín Baclini (35) y nos llevamos muy bien. Pero cada cosa tiene un tiempo. El todavía no viene a casa ni conoce a mis hijas. Primero hay que establecer bien una relación. Y todo se irá dando de a poco, naturalmente. Nada forzado. Mis hijas son mi prioridad porque son el sol de mi vida”, advierte Cinthia.
Por Gaby Balzaretti
E.GIMENEZ/PERFIL
Agradecimientos: Chivatos Bebe Roxy Argentina (Ropa de Sky), Ote Travel Sky, Valle Nevado.