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Con la misma repentinización con que se saca rivales de encima, la vida cotidiana de Lionel Messi (34) cambió abruptamente de un día para otro. El domingo 8 de agosto se despedía imprevistamente de la ciudad y el club que lo cobijaron durante dos décadas, Barcelona, y ya el martes 10 el crack argentino aterrizaba con su séquito familiar en el aeropuerto parisiense de Le Bourget, el preferido para quienes se trasladan con vuelos privados.
Así, de golpe y sin preavisos, la capital francesa pasó a ser el nuevo lugar en el mundo de Messi, Antonela Roccuzzo (33), Thiago (8), Mateo (5) y Ciro (3), una ciudad a la que sólo conocían de esporádicos viajes turísticos, casi siempre para llevar a los chicos a EuroDisney de Paris. Dejar la confortable mansión de Casteldefells, en las afueras de Barcelona y a orillas del Mediterráneo, pasaba a ser todo un desafío para el clan, acostumbrados ya a un hábitat ideal para su estilo de vida.
Ni bien desembarcó en la Ciudad Luz, que lo recibió exultante, “Leo” se encontró con quién será su brazo derecho asistencial hasta que él lo decida: Bouabdella “Bob” Bessedik, la persona que le asignó el PSG para facilitarle a él y a su familia el proceso de adaptación.
El futbolista se dirigió con su padre, Jorge Messi (63), a realizarse la revisación médica, mientras que Antonela y los chicos fueron los primeros en llegar al hotel que es su momentáneo hogar en Paris, el lujoso cinco estrellas Le Royal Monceau. Ubicado sobre la Avenue Hoche, una de las doce arterias que desembocan en el Arco del Triunfo, y a cuatro cuadras de la luminosa avenida Champs-Élysées, lo rediseñó Philippe Starck (72) y tiene la ventaja de estar muy próximo a las principales atracciones turísticas. Lionel llegó horas más tarde y se encontró con otra calurosa y respetuosa bienvenida por parte de los hinchas, que lo esperaban en la puerta tal cual lo registró el sitio guacamouly.com.
Los pasos siguientes se fueron dando dentro de la lógica para todo jugador que llega a un nuevo club. El futbolista conoció a sus nuevos compañeros en el campo de entrenamiento Camp des Loges, también llamado Centro Ooredoo, una ex base militar de la OTAN que fue blindada con lonas y medidas de seguridad para garantizar una privacidad inexpugbable. Cuando se autoriza la presencia de familiares, sólo los más directos pueden acceder a presenciar las prácticas desde una terraza al aire libre en el primer piso.
Messi llegó hasta al predio ubicado en Saint-Germain-en-Laye, a unos treinta minutos del centro parisiense, en una Van que le puso el club, y lo primero que hizo fue reunirse a solas con el DT del plantel, el argentino (y santafesino como él) Mauricio Pochettino (49). “No veía la hora, estaba podrido de estar en el hotel”, le dijo “La Pulga”.
Después ingresó con su amigo Neymar (29) a la sala de kinesiología y gimnasio para su primer tête-à-tête con el plantel. Hubo apretones de manos y abrazos con todos, aunque un poco más efusivos con Angel Di María (33), Leandro Paredes (27), Mauro Icardi (28) –los otros argentinos del plantel– y el costarricense Keylor Navas (34). Quién más cálidamente lo recibió fue el español Sergio Ramos (35), y con él se quedó conversando mientras calentaba sus músculos en una bicicleta fija. El ex capitán del Real Madrid ya le habá ofrecido el día anterior su casa como hogar temporario hasta que encuentre dónde vivir.
Ese tema, el de la vivienda, no es una cuestión menor, y por eso la decisión aún no está tomada. El club le puso a su disposición personal para ayudarlo a elegir, y será Antonela la que empiece a analizar las casas disponibles. Una opción es instalarse en Bougival, donde reside Neymar junto a su troupe de amigos, a orillas del Sena pero bastante alejado, a unos cuarenta miuntos de auto, del centro de la ciudad. Una especie de Pilar con respecto a la Capital Federal, cuya gran ventaja es su cercanía –diez kilómetros– con el centro de entrenamiento.
Pero para sus hijos –Neymar no vive con el suyo– las distancias con los colegios internacionales y con los ámbitos de entretenimiento para cualquier chico de esas edades son un tema a considerar. También estaría muy distante de su amigo Di María, quien vive en el otro barrio al que ya le echó los ojos. Neuilly-sur-Seine, una especie de Barrio Parque parisiense con vecinos de altísimo poder adquisitivo. Messi ya percibió su exquisita atmósfera cuando fue a hacerse la revisión médica al Hospital Americano, situado en Neuilly, y tanto para Antonela como para sus hijos aparenta ser el lugar más conveniente.
El suceso que generó la llegada de Messi al PSG, aún tratándose de una ciudad en la que el fútbol no es pasión, se vio traducida rápidamente en la venta de camisetas con el número 30 en la espalda. Dicen que en apenas siete minutos se vendieron 150.000, y a los dos días de ventas, tanto en la página web como en la Boutique del club en Champs-Élysées, se superó el millón de camisetas, todo un récord a nivel mundial. Y como cada casaca, según el tamaño y el modelo, oscila entre los 80 y los 180 dólares, lo recaudado superó con creces los 100 millones de dólares, cifra que seguirá acrecentándose para regocijo del club francés.
Pero también lo celebran la marca deportiva Nike y el exbasquetbolista Michael Jordan (58), ya que las casacas corresponden a una línea que lleva su nombre, y por cada una que se vende se lleva el 5 por ciento. El furor generado por el rosarino tuvo además efecto directo en el valor de la criptomoneda de la entidad (Paris Saint Germain Fan Token), que superó los 60 dólares de cotización, cuando hasta hace un par de semanas oscilaba los 22 dólares.
Todas ganancias exorbitantes para un suceso del que no podían quedarse afuera las redes sociales. La cuenta de Instagram del PSG registró el martes 10, cuando aterrizó el crack en Paris, 2.211.000 seguidores nuevos, y al día siguiente se sumaron 1.5000.000 más, acumulando ya casi unos 48 millones. La misma locura se desató en la cuenta de You Tube del club y en la de Twitter, donde las reproducciones y los seguidores se multiplican.
Aún sin el estado fisico adecuado para regresar a la competencia oficial, “Leo” fue presentado ante la afición del PSG el sábado por la tarde, aprovechando que el equipo recibía al Racing de Estrasburgo por la segunda fecha de la Ligue 1. Un recibimiento que lo emocionó en un Parque de los Príncipes colmado como pocas veces.
El crack se sorprendió ante semejante cariño apenas fue anunciada su presencia en el césped junto a las otras cuatro incorporaciones: el arquero italiano Gianluigi Donnarumma (22), el lateral marroquí Achraf Hakimi (22), el holandés Georginio Wijnaldum (30) y Sergio Ramos. “Es un día muy especial para mi, la verdad que fue una semana muy especial. Quiero agradecer a toda esta gente por el recibimiento desde que llegué a París, que fue increíble. Me siento feliz, ilusionado, contento de esta nueva etapa que me toca vivir. Que sea un gran año para nosotros”, dijo en idioma español y su interlocutora lo tradujo al instante. Después de ver la victoria de su nuevo equipo por 4 a 2, el domingo tuvo día libre y el lunes realizó su primer entrenamiento en serio, lo que abre una pequeña esperanza de que su debut oficial sea ya el próximo viernes 20 en la Bretaña, cuando el PSG visite al Brest.
Por su lado, Antonela comienza a reorganizar su vida y a calibrar sus nuevas amistades. Primero debe consensuar en familia cuál será el nuevo hogar y donde estudiarán sus hijos. Tiene previsto volver unos días a Barcelona para terminar la mudanza, y apenas regrese empezará a insertarse en su nuevo hábitat. Todo indicaría que Jorgelina Cardoso, la mujer del “Fideo” Di María, sería su principal compinche, y no sería de extrañar que Camila Galante, muy apegada a Jorgelina y mujer de Paredes, pase a fomar parte de su círculo.
En cuanto a Wanda Nara (34), la relación despierta conjeturas. La mujer de Icardi tendió un puente de buena onda comenzándola a seguir en Instagram, y al día siguiente ella le devolvió el gesto. Pero nunca fueron amigas, como tampoco lo son sus maridos, y sólo el día a día se encargará de formatear el vínculo. ¿Verá opacado Wanda su reinado de ostentación y glamour con la llegada de una Antonela que hace un culto a la discreción? El sábado pasado, el primer capítulo en el estadio no las unió demasiado. Antonela cobró protagonismo sentada junto a sus hijos, su marido y su suegro en la zona central de las plateas, debajo del palco que compartieron los Messi con Neymar, Di María y Paredes, entre otros. Mientras, Wanda ocupó otro sector de la platea, más distante y cerca del corner, junto a la modelo Natacha Eguía (30), esposa del rugbier Juan Imhoff (33), y sus cinco hijos. No se cruzaron ni se saludaron, así que todo estará por verse.
Como escribió Antonela en el único Feed que subió desde que llegó a Paris, “se cierra una etapa maravillosa pero se abre un nuevo capítulo lleno de oportunidades. Todos los cambios son difíciles al principio pero juntos vamos a seguir escribiendo nuestra historia”. Una historia con desenlace abierto y promesa de episodios que se codean con la felicidad.
