A siete años de la partida de Débora Pérez Volpin: qué fue de sus hijos y los acusados por su trágica muerte

El 6 de febrero de 2018, Débora Pérez Volpin ingresó al Sanatorio de la Trinidad en Palermo para realizarse una endoscopia, un procedimiento considerado simple y de bajo riesgo. Sin embargo, en cuestión de minutos, la periodista y legisladora perdió la vida a los 50 años, dejando una profunda conmoción en la sociedad argentina. 

Siete años de la partida de Débora Pérez Volpin

Hija de un médico, Débora siempre se preocupó por su salud. Aquella jornada, al persistir sus molestias estomacales, decidió someterse al estudio sin imaginar el desenlace. Durante la práctica, el endoscopista Diego Bialolenkier y la anestesista Nélida Puente estuvieron a cargo del procedimiento. A las 17.20 inició la intervención y a las 18. 15, Débora ya había fallecido. 

El parte médico habló de un “paro cardiorespiratorio”, pero la autopsia reveló perforaciones en el estómago y el esófago, indicando una mala práctica. La justicia determinó que Bialolenkier provocó la perforación y que Puente no reaccionó adecuadamente ante la emergencia. En el juicio, el endoscopista fue condenado a tres años de prisión y siete años y medio de inhabilitación profesional. La anestesista fue absuelta, al igual que otros imputados por encubrimiento y falso testimonio. 

Cómo están los hijos de Débora Pérez Volpin

Sus hijos, Agustín y Luna, debieron reconstruir sus vidas sin su madre. Agustín se graduó en Comunicación, mientras que Luna fortaleció su vínculo con el judaísmo tras un viaje a Israel y celebró su Bat Mitzva. Su padre, Marcelo Funes, sigue trabajando en Canal 13 y cada vez que entra el estudio que lleva el nombre de su expareja, siente una ola de melancolía. 

Enrique “Quique” Sacco, su última pareja, continúa presente en la vida de los hijos de Débora. En 2019, conoció a la exgobernadora María Eugenia  Vidal, con quien se casó en 2023. 

A siete años de su inesperada pérdida, la sonrisa de Débora Pérez Volpin sigue iluminando el recuerdo de quienes la conocieron. Como dijo Cortázar: “existe algo que el tiempo no puede anular: los buenos recuerdos, los rostros del pasado, las horas en que uno ha sido feliz”.

N.L