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Camilla Parker fue oficialmente coronada como reina consorte el pasado sábado en la Abadía de Westminster y fueron muchas las críticas que llovieron a su alrededor por parte del pueblo. Pero como si estuviera acostumbrada a las tragedias y las malas miradas, la esposa de Carlos III decidió modificar la corona que utilizaría para evitar una larga lista de maldiciones que se arrastra en la monarquía durante años.
Las historias que persiguen a la corona británica son infinitas y, como institución religiosa, suelen ser creyentes de las maldiciones y los caminos que los alejan de su rol como supremo de la iglesia en Inglaterra.
La corona que descartó Camilla Parker por una larga lista de maldiciones
Sabemos que el rey Carlos es una figura activa por preservar el medioambiente y volver a utilizar elementos ya existentes. Fue de esta manera que el nuevo monarca no tuvo piezas diseñadas exclusivamente para él en su coronación y, simplemente, restauraron las prendas o las adaptaron a la modernidad para ser utilizadas.
Camilla, en medio de la decisión acerca de la corona que utilizaría, rechazó con firmeza aquella que arrastra una maldición. Y es que se esperaba que Parker utilizara la corona de la reina Isabel, madre de Isabel II, la cual tenía un gran diamante como joya protagónica de la corona.
Se trata del diamante Koh-i-Noor, una piedra preciosa proveniente de la India y por el que se desataron varios conflictos entre países, ya que se acusa al Reino Unido de haberla robado, como la mayoría de los lujos que tienen en el Palacio de Buckingham. El diamante se encontraba en la corona de Isabel II y pasaría a estar en la de Camilla. Pero según la leyenda, todo aquel que lo use, estará maldito y sufrirá fuertes tragedias.
Según explicó Nuria, una influencer especializada en la realeza, únicamente afecta en los hombres, pero desde los comienzos, aquel diamante se insertó en la corona de la reina consorte, por lo que la maldición sería de efecto rebote en el rey.
La esposa de Carlos utilizó la corona de María de Teck, esposa del rey Jorge V, la cual llevaba el diamante maldito, pero fue retirado para colocarlo en la corona de la reina consorte Isabel, cuyo diseño era muy similar al de María.
Finalmente, la corona de Camilla Parker fue reemplazada con diamantes de la colección de Isabel II, descartando la piedra Koh-i-Noor, y tuvo que ser restaurada, ya que la última vez que se usó fue en 1911.
