Carlos III y Camilla Parker se encuentran ultimando los detalles de la coronación, que tendrá lugar este viernes en la Abadía de Westminster. Sin embargo, la pareja atravesó muchos obstáculos para poder consolidar su romance sin las interferencias de la prensa o los ciudadanos que siguen reconociendo a Lady Di como la princesa de Gales.
El rey Carlos y la reina consorte lograron casarse, pero los días previos estuvieron llenos de complicaciones, ataques de pánico y, el hecho más polémico, la ausencia de la reina Isabel II en la ceremonia. La boda fue íntima y con menos de 30 invitados, evitando a la prensa y el pueblo inglés que no querían reconocer a Parker como su futura reina.
Los obstáculos de Carlos III y Camilla Parker hasta el matrimonio
La relación amorosa de Carlos y Camilla se remonta a la década de los 70, cuando la reina consorte estaba casada con Andrew Bowles, por lo que era un romance prohibido para la monarquía. Pero este no fue motivo suficiente para que los enamorados finalizaran sus encuentros a espaldas de la reina Isabel II y la prensa.
En el año 1986, cuando el rey Carlos ya llevaba 5 años de matrimonio con Lady Di, retomaron el affaire con las mismas medidas cautelosas que años anteriores, pero esta vez la jugada no salió como esperaban. La madre de los príncipes William y Harry había descubierto las infidelidades de su marido y los diarios no hablaban de otro tema.
Incluso, el día de la boda entre la princesa de Gales de aquel entonces y Carlos III, Camilla estuvo presente en la iglesia. Este fue uno de los hechos que llevó a Parker a no ser querida por el pueblo inglés. Fue en el año 2000 que el hijo de Isabel II y su amante se mostraron en público oficialmente como pareja.
Así fue la boda del rey y la reina consorte del Reino Unido
En el año 2005 celebraron su unión matrimonial para sellar el amor, pero fueron muchos los obstáculos hasta que llegaron al altar. Por un lado, la difunta reina se opuso desde un principio al amorío de los actuales reyes, pero por el otro, la preocupación de que Carlos llegara divorciado al trono era un escenario imposible de permitir.
La fecha de la boda estaba pactada para el día 8 de abril, pero tuvo que ser postergada a la mañana siguiente por el fallecimiento del Papa Juan Pablo II, donde la presencia de Carlos como príncipe de Gales era fundamental en el funeral.
Sin embargo, la mañana siguiente tuvo lugar una ceremonia civil en el Ayuntamiento de Windsor con menos de 30 invitados. Esta unión fue uno de los conflictos más escandalosos ya que, al ser las monarquías instituciones religiosas, los miembros de la corona no están habilitados a convertirse en matrimonio civil.
En aquella ceremonia la ausencia de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo fue muy ruidosa y no pasó desapercibida. El rechazo de la difunta reina por aquel amor era evidente y ya no quería tolerar los conflictos que se filtraban en la prensa, lo que provocaba una mala reputación para la monarquía británica.
Otra de las complicaciones que el matrimonio tuvo que afrontar fue cómo resolver la unión religiosa, ya que Carlos III estaba divorciado de Lady Di y eso era un hecho imperdonable para la corona. El príncipe de Gales no podía volver a casarse por iglesia, pero uno de los arzobispos cercanos a la familia les presentó la posibilidad de realizar una ceremonia religiosa después del civil.
Fue allí donde la reina Isabel II se hizo presente junto al príncipe Felipe, pero estuvo muy ocupada poniendo atención en el príncipe Harry, quien junto a su hermano estuvo en ambas ceremonias, porque el hijo de Lady Di no estaba cómodo con la nueva unión.
Cómo fue la relación de Camilla Parker e Isabel II
Desde el momento en el que la difunta monarca se enteró del romance clandestino de su hijo, tuvo que lidiar con los problemas con Carlos III y los comentarios de su hermana la princesa Margarita, quien entendió más que nadie a su sobrino ya que la propia reina no autorizó el casamiento con su gran amor por razones similares a las del príncipe de Gales.
El matrimonio fue un gran golpe para la corona y el Palacio de Buckingham no quiso tomar el riesgo de nombrar a Camilla como princesa de Gales, un título que hasta el día de hoy sigue relacionado a Lady Di por el pueblo inglés. De esta manera, Parker pasó a ser futura reina de Inglaterra y duquesa de Cornualles.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la duquesa y la reina supieron encontrar sus similitudes y priorizar lo más importante: facilitar el camino de Carlos III hasta su llegada al trono.