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Máxima Zorreguieta siempre brilla. Elija el outfit que elija, Desde que se convirtió en princesa por su boda, en 2002, con el entonces príncipe Guillermo de los Países Bajos (57) hasta hoy –que lleva once años como reina consorte- su fascinación por la moda la ha llevado a ganarse también el título de “la royal
mejor vestida”.
Aunque en algún momento los holandeses intentaron señalarla como “una fashionista que gastaba demasiado en ropa”, con su simpatía e inteligencia de siempre se encargó de dar vuelta la idea. Ya que demostró que al convocar las miradas de tantas mujeres ella era el mejor instrumento para promocionar una industria que en el país no estaba tan publicitada. Así transformó la moda en un importante aporte a la economía de Amsterdam.
Máxima también fue la primera monarca en adherir al “Rewearing” (revestir), una tendencia que rápidamente las Casas Reales pidieron a sus royals como camino a seguir.
Rompiendo las costumbres de las Casas Reales, Máxima demostró que una misma prenda se puede volver a usar, sin importar cuando tiempo pase, y si se la combina con los accesorios correctos, hasta se puede crear un look muy diferente. Por si eso fuera poco, es común ver a sus hijas Amalia (20), Alexia (19) y Arianne (17) luciendo alguna de sus prendas, además de sus accesorios.
A esta costumbre, Zorreguieta le sumó su abanderamiento como defensora del medio ambiente promoviendo la moda circular y el consecuente reciclado de prendas. Así fue como, diecisiete años después de celebrar los 40 de Guillermo, la monarca brilló con el mismo diseño. Un vestido strapless, en fucsia, de Natan Couture.
"El futuro de la Tierra está en nuestras manos. Y la moda es uno de los sectores que más recursos consumen del mundo. La producción textil mundial es responsable del 8 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero…Compro prendas vintage y hago que me arreglen algunos vestidos y guardo cosas para que mis hijas algún día usen…”, contó la reina consorte tiempo atrás.
Ahora Máxima volvió a sorprender a todos en la boda de la condesa Leonie Von Waldburg-Zeil-Hohenems (26) –ahijada del rey y una de las damitas de honor en su casamiento, en 2002- con el conde Caspar Von Matuschka (30). Para la gran celebración que se realizó en el palacio en Vorarlberg, en Suiza, la reina eligió un especial vestido fucsia, strapless con volados decorados con encaje en su falda, del diseñador Edouard Vermeulen para Natan Couture.
Lo más llamativo fue que el modelo lo estrenó en 2007 cuando Guillermo Alejandro festejó sus 40. Y lo combinó con un sobre de Begüm Khan –modelo “mal de ojo”-, sandalias de Gianvitto Rossi doradas y unas exquisitas joyas. Un collar, de 32.000 euros, con pulsera haciendo juego con diamantes, esmeraldas talladas, zafiros y rubíes, de 29.000 euros, que en aquel entonces le regaló el príncipe. Lo cierto es que 17 años después Máxima volvió a impactar con su in
creíble look, demostrando que se puede repetir un diseño y lucir exquisitamente.
