La Reina Letizia una vez más se ve envuelta en polémicas en cuanto a la imagen y sus supuestas obsesiones con la alimentación de sus hijas, la Princesa Leonor y la infanta Sofía.
La periodista solamente tiene ojos para las hermanas, a quienes ni en el colegio Santa María de los Rosales les pierde la supervisión, ya que se ha asegurado de que mantengan una formación extremadamente correcta, lo que incluye una alimentación totalmente balanceada.
En más de una oportunidad se filtró que su majestad es una fiel seguidora de las dietas en base a las hortalizas frescas, preferiblemente si son cosechadas en el mismo lugar. Es más la institución educativa de las herederas les debe asegurar un plato diario de verduras que sean recogidas del huerto del lugar y así garantizar una alimentación libre agentes químicos nocivos para la salud.
De igual manera, la Reina de España solo le permite a sus pequeñas ingerir pastas cada dos semanas, a diferencia del huevo frito o papas, las cuales únicamente puede preparar una vez de forma mensual.
Diversos medios también han señalado que otro de los motivos por los cuales ella se lleva mal con la Reina Sofía, quien en alguna ocasión les ha dado dulces a las jóvenes, los cuales tienen prohibidos .
Esto demuestra la estricta dieta que la Reina Letizia ha impuesto a las jovencitas, quienes se asegurarán un crecimiento saludable a pesar de las críticas que pueden recibir.
Otro gesto que no pasó inadvertido fue en el pasado mes de julio cuando visitó las costas de Benidorm junto al Jefe de Estado en lo que representó el inicio de su gira por las comunidades autónomas, desde donde aceptó un helado al que exigió que no tuviera azúcar.
El humillante apodo que la prensa le puso a Letizia Ortiz
Como en muchas otras ocasiones, la reina consorte de España fue blanco de severas críticas. La prensa europea se encarga constantemente de encontrar los errores de Letizia y los críticos de moda no se quedan atrás.
Desde el mismo momento en el que ingresó a la corona, cuando se convirtió en esposa de Felipe, los críticos de moda hicieron hincapié en el peinado que utilizó Letizia en el casamiento, el cuestionable casquete que caía sobre un lado de su rostro y el vestido de novia, el calificaron como pálido, lánguido y no apropiado para semejante ceremonia.
Otros cuestionamientos tenían que ver con su extremada delgadez y sus brazos esqueléticos y musculosos.
Lejos de dar por finalizadas las oprobiosas opiniones, muchas de ellas poco objetivas y vinculadas al poco cariño que le tienen a "Leti", la prensa se sumó con un ofensivo apodo: "La cerilla", vale decir el fósforo, que lo emparentan con su palidez y flacura.