Nazarena Vélez estuvo internada en un sanatorio de San Isidro durante la noche del miércoles y fue dada de alta a las seis de la madrugada del jueves. ¿El motivo? Los médicos debieron revertir un cuadro de arritmia. Tras su alta, la actriz manifestó por twitter que ya estaba bien en su casa, junto a su familia.
En concreto, las arritmias son una alteración de la frecuencia cardíaca, en el que el corazón puede latir demasiado rápido, demasiado lento o de manera irregular. “Pueden presentarse en personas jóvenes con corazones sanos o bien en individuos con una enfermedad predisponente”, aclaró el doctor Miguel González, Jefe de la Unidad Coronaria del Sanatorio Finochietto.
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“Por lo general el corazón late de una manera regular con una frecuencia de 70 u 80 latidos por minuto. Pero si el ritmo normal pasa de repente a 150 palpitaciones por minuto de manera irregular (como una suerte de ‘batucada’), la arritmia presentada es fibrilación auricular (FA). En cambio, si el corazón pasa a latir 180 veces por minuto pero de forma regular, hablamos de taquicardia paroxística. Esas son las dos arritmias más frecuentes en las personas jóvenes”, detalló el médico. Por otra parte, hay casos de bradicardia (ritmo lento) en lo que esta frecuencia puede reducirse de 70 a hasta 20 latidos, pero no suele ocurrir en personas jóvenes.
El principal síntoma por el cual los pacientes consultan son las palpitaciones y en algunos casos una pequeña pérdida de conocimiento seguido del ritmo anormal cardíaco. El cuadro puede aparecer sin causas previas o bien tras el consumo de alcohol, entre otros motivos. Si bien las arritmias suelen ser asociadas con el estrés, “pueden darse sin ningún tipo de nerviosismo en corazones normales, por lo que el estrés favorecería su aparición pero solo si existe una predisposición”, explicó González.
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En cuanto a cómo se tratan, Gonzalez señaló que cuando se presenta una taquicardia paroxística, el cuadro se puede revertir de forma ambulatoria en la guardia con un masaje en la zona del cuello o bien con medicación endovenosa.
En el caso de la fibrilación auricular, se puede necesitar internación y tras la administración de un antiarrítimico, suele revertirse en pocas horas o incluso en minutos. “Una vez que se vuelve al ritmo normal, los médicos evaluamos colocar un holter para comprobar si el ritmo irregular se sigue presentando más allá de los síntomas”, destacó González a la par que agregó que algunos individuos con FA pueden necesitar anticoagulantes.
“Todos los días tenemos pacientes con arritmias. Si se consulta por primera vez, no se suele hacer mucho tras revertir el cuadro, ya que puede tratarse de un episodio aislado. Si ya se las presenta por segunda vez, administramos un antiarrítimico. En cambio, si se manifiesta un tercer episodio de fibrilación auricular o de taquicardia paroxística que no responde a esta medicación, se puede solicitar un procedimiento llamado ablación realizado por electrofisiólogos, que cauterizan con radiofrecuencia algunas zonas del corazón para frenar las arritmias”, indicó González.
Por último indicó que si bien estos cuadros suelen causar preocupación “no es lo mismo que lo presenten individuos jóvenes con corazones sanos que persona añosas con daño previo, porque 150 latidos por minuto en esos casos podrían provocar insuficiencia cardíaca o incluso un infarto”.