Llega al teatro Neptuno, en pleno centro marplatense, una hora y media antes de la función para repasar la letra. Baja de un auto que la deja en el hall de entrada, y enseguida es interceptada por cientos de turistas que insisten en tomarse una “selfie” con ella. Ingrid Grudke (41) no deja de sonreír y agradece cada gesto. Tiene los labios sellados con rouge colorado, un vestido largo que marca su estilizada silueta y una energía que, asegura, es resultado del amor que recibe a diario de la gente.“A veces me mareo con tantas fotos pero es lo más lindo del mundo. Es la primera vez que hago una comedia teatral y hace tiempo que quería hacerlo. El elenco me integró como una más y me pusieron al mismo nivel, por eso soy una agradecida”, relata camino al camarín una de las protagonistas femeninas del elenco de “Como el Culo”, la exitosa apuesta teatral que estrenó el 26 de diciembre en la costa argentina.
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Antes de comenzar la entrevista con CARAS, Grudke señala su celular. Tiene la memoria llena y un sin fin de mensajes de WhatsApp aún sin leer. Dice que prefiere contestarlos más tarde porque se tiene que preparar para salir a escena.“Me estalla el teléfono y se van acumulando. ¡Es impresionante! La situación personal que estoy viviendo generó todo esto. No estoy acostumbrada a que un país esté pendiente de mis sentimientos como si se tratara de un problema de estado”, lanza una de las figuras más buscadas de la temporada veraniega. Luego de que su ex pareja, el empresario Cristóbal López (61) quedara detenido el lunes 18 de diciembre en Ezeiza, procesado por el delito de fraude a la administración pública en la suma de 8 mil millones de pesos, la célebre mannequin, recientemente separada, busca refugio en sus dos grandes pilares: la profesión y sus afectos.
— Los ensayos de su obra coincidieron con la detención de Cristóbal López, quien fue su pareja los últimos tres años. ¿Piensa que esta situación empañó su debut teatral en Mar del Plata?
— Jamás. Hace 22 años que trabajo de esto, mi profesión siempre me generó mucha alegría; es mi pasión y siempre fui muy profesional en lo que hago. Cada uno tiene sus problemas personales y dificultades en la vida, yo también los tengo pero es el desafío de tratar de estar bien, feliz. No es sencillo, por supuesto que no. Pero el show debe continuar. Los últimos años me pasaron otras cosas que también fueron muy dolorosas y las tuve que superar y continuar adelante. Siento que nací para hacer feliz a la gente y entretener. Y la gente que llega al teatro viene a vacacionar y a distraerse, no quiere juntar problemas de otro.
— Cuando se enteró de lo sucedido usted estaba en su casa “tomando mate”. ¿Qué le pasó por el cuerpo en ese instante?
— Lo viví con mucha angustia, por supuesto que sí... Tengo corazón y uno se enamora. Es lo que me tocó vivir. Creo que cada uno vive la vida como puede y depende de uno cómo vivirla también. Prefiero no dar detalles porque si no pareciera que todo es una novela que nunca se termina y lo toman como si fuese un problema de estado nacional lo que siento. Nunca me preguntaron tanto y nunca tuve que dar tantas explicaciones. Ni mi madre me pidió tantas explicaciones nunca. Todo un país está esperando escuchar qué me pasa. Siempre me destaqué por mi trabajo y el público lo sabe. Nunca fui de hablar de mis parejas, todos me conocen y siempre me manejé igual. De todas maneras respeto todas las opiniones.
— ¿Le afecta lo que digan las redes sociales?
— Yo no juzgo a la gente y no los culpo por desahogarse. El que se siente liberado con decirme lo que piensa o se siente feliz con eso está bien. Yo sé lo que soy y quién soy. Estamos en un país libre. Me reservo opiniones personales porque no quiero entrar en polémicas que no me hacen bien y tampoco tengo ganas. Yo creo que la gente que agrede a otra persona sin conocerla tiene que ver con una cuestión personal suya, propia. Yo me considero una persona de bondad y de bien y que todo lo que hice siempre fue de corazón, si lastimé a alguien no tengo recuerdos. De todas maneras sigo creyendo en una sociedad de mucha gente buena aunque creo nos falta evolucionar como seres humanos.
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— Debió ser muy traumático atravesar una separación en estas circunstancias. ¿Se permitió hacer el duelo?
— Yo no nací para estar triste. Obviamente uno se puede permitir vivir bajoneado, pero tengo el ejemplo de mi familia y de mi casa, de que nacimos para ser felices y todo está en uno. Cuando te educan de esa manera en tu casa es muy difícil verle el lado negativo a las cosas. Y pasé muchas cosas negativas; murió mi asistente, mi amigo Jorge Ibáñez, mi hermano mayor. Pero siempre tenés que seguir. Todos tenemos problemas.
— ¿Lloró?
— Todos tienen una imagen muy dura de mí. Pero soy una mina muy sensible, no soy de piedra ni de mármol. ¿Si lloro? Claro, pero no me dura mucho porque soy una persona optimista y siempre resalto lo bueno. Para mí el pasado pasó y si pasan las cosas es porque tienen que ocurrir. Vivo el aquí y ahora, el presente.
— ¿Quienes la contienen hoy?
— Mi familia. Siempre me llené de energía en mi tierra, donde me crié y donde nací. Están mis padres, hermanas y sobrinas. Tengo una familia muy fuerte y muy contenedora de mucho amor y mucha paz. Cada vez que sucede algo con alguno de nuestros integrantes, somos 16 y 17 que siempre estamos. Somos como un bloque que nos movemos juntos a todos lados, parecemos una familia tana. Todos viven en Misiones. Tengo muchas y muy buenas amigas que son de fierro también y mis mejores críticas.
— Mientras era pareja de Cristóbal López fantaseaba con la idea de convertirse madre. ¿Ese anhelo se postergó o está latente?
—No... En su momento no se dio y las cosas pasan por algo y no sucedió. Es la vida y tampoco lo estoy pensando. Por ahora me desquito con mis sobrinos, con los hijos de mis amigas y los malcrío un poco. Si me tiene que tocar me tocará. Por lo familiera que soy me hubiese gustado formar una familia mucho más joven pero tampoco soy “Susanita”. Siempre fui muy independiente. Trabajo desde los 15 años y siempre fui autosuficiente y es mi forma de ser. No es fácil tampoco estar conmigo y no cualquier hombre se bancaría estar a mi lado.
—¿Sigue enamorada de López?
—No soy una máquina que apretás pausa y después volvés. El tiempo lo dirá. Ahora tengo que estar fuerte para salir a escena y cumplir con el público.
—Entonces... ¿Cómo está su corazón?
—Divino, así rojo como el corazón estampado en mi vestido. Interprétenlo como quieran. Hay cosas que me voy a permitir guardar para mí. Creo que todo ser humano tiene ese derecho, más allá de ser un artista o persona pública. Hay muchas cosas que siempre me las guardé, es un respeto hacia mí misma y hacia mi persona.
—¿Siente que el empresario kirchnerista fue el gran amor de su vida?
—No soy de pensar esas cosas. Por ahí vendrá mi gran amor, no lo sé. Todas las parejas que tuve siempre fueron de insistirme hasta que me puse en pareja, no es que soy muy “Susanita”. Me cuesta y siempre me costó. No pienso si es mi gran amor, vivo la vida intensamente y siento las cosas. Apasionadamente cada momento.
—¿Intuye que la ruptura será definitiva?
—No pienso en eso. Hoy lo primordial es mi carrera y este momento tan importante que se me dio como actriz de comedia. También estoy plena y muy feliz con mi nuevo rodaje en la pantalla grande. En octubre filmé la película “Alma Pura”, en Carlos Paz, que es un drama de suspenso en el que interpreto a una artista plástica. ¡Y es mi primer protagónico en cine! Porque siempre hice humor y personajes de chica sexy así que es todo un desafío para mí. Hace cinco años que me lo propusieron y tuve que cambiarme el color de pelo para que la gente viera a otra Ingrid y bajar un poco de peso.
— ¿Se daría la oportunidad de conocer a alguien?
—Vivo el día a día, la vida se trata de eso. La gente tiene que pensar menos y sentir más.
—Es una de las mujeres más bellas de la Argentina. ¿En este lapso de soltería recibió mensajes de hombres interesados en salir con usted?
—(Ríe a carcajadas) No, pero cuando fui al programa de Mirtha Legrand me saludaron en la calle y me pasaron una cartita con el nombre y teléfono de alguien con un mensaje que decía: “Estoy soltero”. Me causó mucha gracia.
—¿Y a su WhatsApp?
—No me mandaron nada. Sólo tengo mensajes de periodistas. (Rìe) Me estalla el teléfono desde el momento en el que viví esta situación incómoda en mi vida personal.
—Después de tantos años en pareja. ¿Cómo transita hoy la soledad?
—Bien, no me siento sola. Siempre digo que como se presenta la vida está en uno como la lleva. Te podes quedar con lo negativo o podes dentro de lo negativo rescatar siempre lo positivo. Hoy tengo proyectos y cosas muy buenas. O me puedo quedar llorando, triste o mirar para adelante. Siempre estuve rodeada de amor, de amigos y afectos.
—Luego de que la Justicia ordenara la detención del empresario al penal de Ezeiza, usted dijo la frase: “Nadie es santo en este país” generando un fuerte impacto en la sociedad. ¿Se arrepiente?
—¡No sólo en este país, en el mundo..! Sólo Dios me puede juzgar por lo que hago con mi vida. Y lo sigo pensando. Y si me “pegan” por eso, mala suerte. ¿Qué tiene de malo? No me arrepiento.
—¿Es cierto que se comunicó por teléfono con él en la prisión?
—No lo voy a decir. Tengo el derecho de guardarme algo para mí.
—¿Y existe un régimen de visitas en el penal?
—Hay que preguntarle a los profesionales, a los que les corresponde hablar. Yo soy una artista, una profesional del entretenimiento y de la pasarela y seguiré por ese lado. No quiero que la gente se concentre en mis asuntos personales, quiero que me respeten como trabajadora por mi trayectoria de tantos años y está bueno que se valore mi profesión. Es muy fácil desprestigiar el trabajo del otro, no mezclemos las cosas.
—¿Cómo le gustaría que se resolviera la cuestión judicial que involucra a su ex pareja?
—Tengo mi forma de pensar y mis cosas y creo que no me corresponde hablar. He dicho más de una vez que no soy la vocera de Cristóbal. Pero los que tienen acceso al expediente podrán opinar y decir. Yo creo que repetimos mucho sin saber.
—¿Cree en la Justicia argentina?
—Repito. Son cosas que no voy a opinar y para opinar hay que estar. Y si yo no sé ciertas cosas ¿Cómo voy a opinar? Nunca me interesó la política, siempre hice acciones sociales y colaboré con la gente, fundaciones y entidades de ayuda. Pero soy una vecina más.
—El 23 de enero cumplirá los 42 años. ¿Lo vive con nostalgia?
—No, en absoluto. Me encanta celebrar mi cumpleaños y así será. Yo siempre pienso en las cosas buenas de la vida. Tenemos un país divino con gente buena y podemos superarnos más.
—¿El escenario es sanador?
—Supongo que sí. Yo me refugio en el trabajo y como dije al comienzo de la charla, el show debe continuar. Es la primera vez que hago comedia y me hace muy feliz porque siempre por una cosa u otra no lograba hacerlo. Hoy mis sentimientos no importan y necesito estar fuerte para brindarle lo mejor al público.
por Sabrina Galante
(desde Mar del Plata)
MAXIMO GOMEZ
Agradecimientos: Class life Mar del Plata.
Ossira. Playa Serena.