Ya lo venían insinuando, con movimientos y hechos sigilosos que sus respectivos entornos también venían advirtiendo. A muchos les costaba comprender que tal acercamiento fuera una realidad, pero cuando la llama de la atracción crece y se va convirtiendo en una obsesión, apaciguarla o extinguirla es poco menos que imposible. Separada como consecuencia de una crisis tan mediática como irreversible, Carolina Ardohain (38) sabía que en su primer verano de soltera en Punta del Este oportunidades de retemplar su autoestima no le iban a faltar. En apariencia sola y dedicada full time al cuidado de sus tres hijos, fueron varios los que intentaron de alguna u otra manera acercarse a la modelo. Pero los gustos y las sensaciones personales no siempre van de la mano con lo que desean los demás. Porque si bien se la vio en charlas muy animadas con algunos candidatos, como el deejay francés Stéphane Pompougnac (47) o el empresario “Eduardito” Costantini (39), la mira de “Pampita” estaba direccionada hacia otros objetivos. Lejos de importarle el “que dirán”, sus principales confidentes sabían muy bien quién podría tener chances de verdad. Y hubo que esperar a que la temporada vaya avanzando y expirando para que las primeras señales empiecen a aparecer. Su automóvil Citroën estacionado en la puerta de “Casablanca”, la casa de los Tinayre-Viale en José Ignacio, y un café que algunos dicen haber presenciado posicionaron a fines de enero al “tapado” que pocos se imaginaban. Sí, “Nacho” Viale (34), el nieto de Mirtha Legrand, el hermano de Juana Viale (33), confirmó este fin de semana en Nueva York que no tiene nada que envidiarle a su hermana a la hora de conquistar corazones ajenos.
En apariencia también soltero, ya que muchas veces se lo observó en compañía de la esbelta modelo Lucía Pedraza (22), “Nacho” siempre tuvo una amistosa relación con “Pampita” y con Benjamín Vicuña (37). De hecho, el productor televisivo asistió a la pomposa fiesta en la que Ardohain y Vicuña celebraron con amigos diez años de amor en el hotel Four Seasons. Nada lo acercaba a Carolina más allá de la cordialidad y el respeto, aunque su opinión sobre Vicuña sí se desdibujó cuando el actor chileno se vinculó con “La China” Eugenia Suárez (23), uno de los grandes amores de “Nacho” hasta que se distanciaron, en enero de 2012. Sólo él sabrá si sus deseos de conquistar a la modelo fueron impulsados por algún instinto vengativo. Lo concreto es que la relación comenzó efectivamente durante la última semana de enero en Punta del Este, donde se consumieron los primeros capítulos apasionados. Y tal cuál ambos lo habían planificado, los siguientes episodios debían sucerderse sí o sí lejos de Buenos Aires, lejos del acoso de los paparazzi y de los entramados que alimentaran rumores cada vez más crecientes.
Una vez regresados de Uruguay, Carolina cumplió con su misión de entregarle sus tres hijos a Vicuña, tal cuál lo pautado con anterioridad. El actor trasandino volvió de Colombia de filmar “El Hilo Rojo”, donde compartió trabajo y tiempo libre con “La China” Suárez, y el jueves 4 de febrero recibió de manos de su ex pareja a Bautista (7), Beltrán (3) y Benicio (1) en el Aeroparque metropolitano. Fue un encuentro absolutamente cordial, que duró una dos horas por un trámite de extranjería que debieron realizar los chicos. Y al día siguiente, ya con la tranquilidad de saber que los niños estaban en buenas manos, “Pampita” viajó a Nueva York con el objetivo aparente de festejar el cumpleaños de su buena amiga, “Barbie” Simons. Un viaje que las propias protagonistas reflejaron en las redes sociales, y que mostraban a Carolina disfrutando de la Big Apple con amigas mientras “Nacho” permanecía en Buenos Aires. Y cuando el run run de algún encuentro secreto seguía acechando, una fotografía subida a Instagram mostró lo que muchos venían sospechando. Sí, “Pampita” y “Nacho” juntos en Nueva York, una hipótesis que CARAS confirmó el fin de semana sorprendiéndolos alojados en el glamoroso Gramercy Park Hotel, el mismo al que Charly García (64) y Pedro Aznar (56) le dedicaron una canción, y el mismo donde Humprey Bogart se casó con su primera esposa, Helen Menken.
Sinónimo de distinción y tradición en el bajo Manhattan, allí se refugió “Pampita” con “Nacho” después de visitar unos días a Lucila Polak (37), la novia argentina de Al Pacino (75). El sábado, muy a pesar de una temperatura ambiente de casi 20 grados bajo cero, la pareja dejó el hotel al mediodía para dirigirse en un auto de alquiler hacia el Meat Packing District. “Nacho” bajó en un restaurante a preguntar si había lugar, pero como la espera era larga decidió seguir con “Pampita” hasta el Soho. Entonces sí consiguieron un lugar acorde con lo que anhelaban, y así fue que ingresaron, enfundados y arropados hasta el extremo por el intenso frío, en el restaurante Mercer Kitchen, un ambiente elegante y sofisticado frecuentado por las celebrities mundanas. Almorzaron los exquisitos platos, y se retiraron cerca de las cinco de la tarde, cuando ya la luz le deja paso a la oscuridad en el invierno neoyorquino. Fue la previa al domingo 14. Según su celebre abuela, Nacho estuvo pendiente de su programa, aunque esa responsabilidad no impidió que los duendes de San Valentín le dieran la bienvenida al mágico mundo de los enamorados.