En la India, una elefanta encadenada mira la gente pasar. Con la mirada perdida, se la oye resoplar cansada. Hace calor y ella tiene la piel seca por el sol y la falta de agua. Los turistas le toman fotos y la señalan, como si se tratará de una bestia salida de un cuento. Todo pasa lento y nada llama su atención, hasta que frente a ella se detiene un pequeño. Con el instinto maternal a flor de piel, aún apresada, toma a ese pequeño con su trompa y comienza a mecerlo hasta que se queda dormido. La escena ocurrió hace dos años y Flavio Mendoza (43) perplejo y con lágrimas en los ojos, guardó esa imagen en su corazón para siempre. Fue un momento inolvidable, que hoy le vuelve a la mente ante la inminente llegada de su primer hijo Dionisio. Tan fuerte fue ese recuerdo, que el artista lo eligió como temática del Baby Shower de su heredero.
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“Pensar que semejante animal pudiera tomar a ese niño con tanta ternura me llenó el alma. Supe, desde aquel instante, que esa imagen tenía un significado especial. Todavía me preguntó cuál será, pero se que está relacionado con mi hijo. El elefante es un animal muy leal y protector, y así seré yo con Dionisio”, dice.
Realizado en el céntrico Palacio Lavalle, el Baby Shower contó con la presencia de familiares y amigos de Flavio. Entre las celebrities invitadas se encontraban Moria Casán, Adabel Guerrero, a punto de dar a luz; Jésica Cirio, Barby Franco, Damián Mahler y su socio Germán Barceló; como así también la abogada Ana Rosenfeld y el diseñador José Valosen. Todos los presentes, dieron una pincelada de color en el cuadro que la artista plástica María del Pilar Décima realizaba al ingreso del salón. En el, se veía una elefanta cargando en su trompa a un niño, como la imagen que tanto inspiró a Flavio.
Con ambientación general de Marcela Román y organización de “PB Buenos Aires”, la celebración contó con un completo Candy Bar de “Azúcar y Sal”, delicias de “Los dulces de la abuela Elsa”, una torta de Gimena Vascón, una cascada de chocolate de “El Copo que Copa tu Fiesta”, barra de tragos de “Mixo Drinks” y un completo catering realizado por “Don Pepperoni” e “Il Ragazzi”. La vajilla inglesa, con la que se sirvió a los invitados, fue realizada por Carolina Anzuatte y los souvenirs, una pequeña colonia inspirada en Dionisio, de “Fevrier”.
“El Baby Shower lo organicé en poquitos días. La verdad es que no quería hacerlo pero mis hermanas me insistieron. Estoy muy emocionado. No puedo creer que estoy celebrando la inminente llegada de mi hijo”, revela.
Mientras recibía a los invitados, Flavio se acercó al sector donde La Blancherie había dispuesto el moisés y las ajuares para el bebé. Aún sin poder creer que eran las pertenencias de su hijo, sonreía sin poder emitir palabra ante esa pequeña habitación dispuesta en el centro del salón. Agradecido, recibió cada presente y los globos personalizados de “Moab Ballons”. Carestino e Infante Juguetes, marcas que lo acompañaron desde el comienzo, también le obsequiaron paquetes especiales para Dionisio.
A días de cumplir su gran sueño de tener un hijo, calma su ansiedad, hablando a diario con Giselle, la madre subrogante que lleva en su vientre al bebé. Flavio la conoció mediante la agencia especializada “Open Arms”.
“Tengo una relación muy agradable con ella. Antes de comenzar el proceso me preguntó si al momento de nacer Dionisio podía llevarlo a su habitación para que ella, junto a sus hijos, pudiera cerrar el ciclo. Y me pareció hermoso el gesto y no pude negarme. De todos modos, quisiera que este ciclo no se cierre. Me encantaría poder seguir en contacto para decirle a mi hijo el día de mañana: ‘Ella es la mujer que te tuvo en su panza nueves meses’. Es un acto de amor muy grande lo que está haciendo. Giselle es la mujer de mi vida”, dice.
La emoción por la llegada de su primogénito se mezcla con miedo y nerviosismo al pensar en el momento del parto. Decidió, como todo padre orgulloso, que lo presenciará. No sólo quiere hacerlo para acompañar a Giselle, sino que también desea ser la primera persona que cargue en brazos al pequeño al nacer.“Soy muy impresionable. Tengo pavor a la sangre y a los hospitales. Voy a estar ahí todo el tiempo, aunque me da un poco de cosa. No sé si me animaré a cortar el cordón umbilical, pero no me sorprendería en lo más mínimo si lo hago”, asegura.
Mientras prepara las valijas para viajar a los Estados Unidos, cierra una exitosa temporada en Villa Carlos Paz con “Mahatma”, que se presentará en el Teatro Luxor hasta abril, y ensaya “Siddartha”, musical que dirige y que estrenará en mayo.
Con el foco de atención en su trabajo, su bebé y su simpático pomeranian Cris, confiesa que su felicidad no está del todo completa ya que su otra fiel mascota, Alex, un perro samoyedo que no formó parte de la producción por su delicado estado de salud, pelea por su vida. “El nació con un riñón que no le funcionaba bien. Durante estos tres años y medio que tiene, ha tenido montones de crisis en las que estuvo muy mal. Estoy averiguando si en los Estados Unidos le pueden hacer un trasplante. Para mí, mis perros son mis hijos”, revela.
Su nombre es sinónimo de éxito en el teatro y ahora suma a su amplia trayectoria su debut en la ficción de la mano del director Daniel Burman en “EDHA”, la primera serie argentina original de Netflix. “Fue una experiencia muy grata. Me preparé mucho. El producto final es excelente, a pesar de las críticas. Hoy no me afectan porque le pegan a todo el mundo porque sí nomás. El argentino no sabe valorar lo que se hace en el país. Llega cualquier porquería de afuera y la miran, pero algo de calidad que se produce acá, no. Me encantaría hacer una segunda temporada. ‘EDHA’ merece una revancha”, dice.
Hoy nada puede opacar el presente de Flavio Mendoza. Tras años de esfuerzo está donde siempre quiso estar. Siente que no le debe nada a nadie y eso lo enorgullece, porque sabe que Dionisio tendrá a su lado al mejor ejemplo de que cuando se sueña en grande y se trabaja por ello, todo se logra.