En la última edición de +Caras, Héctor Maugeri, conductor del ciclo de entrevistas, conversó con un invitado especial y querido amigo de la casa: Federico de Bartolo. Durante la charla, el reconocido fotógrafo de Revista CARAS reveló todos los secretos mejor guardados de su carrera y compartió detalles de uno de sus mayores desafíos artísticos: fotografiar a Máxima Zorreguieta en bikini durante sus vacaciones en Aruba.
Federico de Bartolo se ha ganado un lugar destacado en el ámbito de la fotografía publicitaria y de medios gráficos en Argentina. Nominado en 2023 como uno de los mejores fotógrafos de moda en los premios Martín Fierro, su pasión por el arte visual comenzó desde niño y alcanzó su auge con sus producciones para Revista CARAS. Actualmente, está a cargo del área visual y creativa de la revista, tanto a nivel nacional como internacional.
A lo largo de su carrera, de Bartolo cubrió doce temporadas consecutivas en la exclusiva Isla de CARAS en Brasil, vivió dos meses en Cuba durante la internación de Diego Maradona y viajó a la Polinesia para el casamiento de Carlin Calvo y Carina Galucci. Además, estuvo al frente de Luz Chile y Luna Perú , revistas de la editorial Perfil, y ha fotografiado a personalidades de diversos ámbitos como artistas, políticos y empresarios.
La historia detrás de la foto de Máxima Zorreguieta
En el año 2013, el editor en jefe de la Revista CARAS dejó por un momento su profesión de fotógrafo de élite y se convirtió en un verdadero paparazzi. Con su cámara al hombro, viajó al continente europeo con una misión muy particular: fotografiar a Máxima Zorreguieta, reina de los Países Bajos, y su familia durante sus vacaciones en Aruba.
Esta isla del Caribe holandés, donde los paparazzi no son bienvenidos, significó uno de los grandes desafíos de su carrera. “Formamos parte de una comisión para hacer las fotos oficiales”, recordó. Sin embargo, buscó capturar una imagen por fuera de protocolo, se alejó un poco del grupo oficial y logró una toma audaz de la reina de los Países Bajos en bikini, un acto riesgoso dado que este tipo de fotos estaba prohibido.
Mientras repasaba estas imágenes en la entrevista, el fotógrafo bromeó: “Si me agarraban, me tenían que ir a buscar a Aruba”. En una de las fotos, incluso se ve a un guardia de seguridad notando su presencia, lo que lo obligó a correr hacia su hotel para poner el material a salvo. “Sobre todo, lo principal es llegar y resguardar las fotos”, explicó, refiriéndose a las medidas que toma para proteger su trabajo. “Me pueden meter preso, pero el material tiene que llegar a la redacción”.
Para Federico de Bartolo, este tipo de experiencias son emocionantes. “Me despierta una adrenalina indescriptible. Mientras hacía las fotos sentía el palpitar de mi corazón, estaba relativamente cerca y era muy difícil”, concluyó, remarcando la intensidad y el desafío constante que caracteriza su carrera.